domingo, 26 de julio de 2015

Francis Chapelet y el Órgano de Covarrubias.


Al final de mi entrada de febrero pasado, Francis Chapelet, el Organista (ver aquí), planteé algunas preguntas sobre la relación de Francis Chapelet con el Órgano de Covarrubias, el más antiguo de Castilla que sigue sonando, sobre cómo lo descubrió, si lo restauró entonces, y sobre lo que pudo pasar después, con el paso del tiempo y el sucesivo desprendimiento de Francis Chapelet respecto del órgano, y su alejamiento de Covarrubias. Las planteaba porque, entre otras cosa, yo mismo desconocía las respuestas.


Órgano de la Colegiata de Covarrubias


Recurrí entonces a unas revistas que se estuvieron editando en el pueblo durante varios años, "Ecos de la Villa", se llamaban, que publicaban todo tipo de temas relacionados con Covarrubias y sus gentes, que recibían mis padres por correo cada tres meses, y que guardaban amontonadas en casa. Las estuve revisando, y cogí tres que tenían la información que buscaba. Esta es la transcripción de las intervenciones que cuentan la historia que andaba buscando.


Rejería de acceso al pórtico de la Colegiata.


En una de las cartas de alguien del pueblo que firma como Lucas, y en la que parece que contesta a una polémica sobre el supuesto "descubrimiento" del órgano por parte de Francis Chapelet, se cuenta que el órgano siempre había estado en uso. Dice que en 1.936, poco antes de la guerra, Miguel Fleta cantó la Salve en la Colegiata, acompañado al órgano por el entonces organista Isidoro Alonso. Que muchas otras veces, Santiago Juarros también cantó la Salve acompañado por Isidoro al órgano. Que los colegiales, entonces, se peleaban por dar a la palanca del fuelle para que Isidoro pudiera interpretar, entre otras, la "Alborada Gallega", que gustaba mucho en el pueblo.


Entrada a la iglesia


Cuenta que los del pueblo siempre fueron conscientes del valor del órgano y que en el año 1.942 se incendió la Colegiata, y las grandes campanas del lado norte del campanario se desprendieron. Una cayó en el centro de la iglesia y hundió la bóveda. La otra quedó sobre el coro, y todos dieron gracias a Dios porque se hubiera salvado el órgano.


Pasarela de acceso al órgano, sobre la entrada


En otro número de la revista, Antonio Mediavilla Ruiz, natural de Quintanar de la Sierra, escribe que el verdadero "redescubrimiento" del órgano de Covarrubias tuvo lugar en agosto de 1.958 por Francis Chapelet y él mismo, y que ese año se hizo la primera afinación.


Interior de la Colegiata de San Cosme y San Damián, Covarrubias, siglo XV


Dice también que el primer disco de Francis Chapelet en el órgano se grabó en 1.963, y dio a conocer el pueblo a muchos aficionados que acudieron a Covarrubias para ver el órgano y el pueblo.


Capilla del Santísimo, atribuida a Juan de Colonia


Cuenta que en la primera mitad del siglo XX se habían hecho algunas reformas poco afortunadas, como la del teclado, que era de armonio de 4 octavas completas, y que los tirantes de los juegos tenían botones de cerámica, que eran muy feos. Parece ser que todos los órganos pequeños de Castilla anteriores al siglo XIX son de octava corta y de 45 teclas y por eso, cuando a principios del siglo XX se puso el teclado de armonio al de Covarrubias, los 4 primeros sostenidos estaban acoplados a los sostenidos de la octava superior.


Vista de las naves, desde el lado del evangelio


También cuenta que en 1.965 Francis Chapelet compró, con su propio dinero, un ventilador eléctrico de órgano que aún funciona, con su caja de regulación y los dos primeros grandes tubos Do y Re de la trompeta real bajo que faltaban de dicho juego.


Capilla del Carmen


Luego, en 1.967, el párroco de entonces, don Rufino Vargas, decidió hacer una restauración parcial del órgano: tubería y teclado. Se puso en contacto con Francis Chapelet y ambos decidieron que fuesen los organeros Pierre Cheron y Patrice Bellet los que realizarían las obras.


Pila bautismal, románica, siglos XI-XII


También se restauraron todos los tubos interiores y los de la fachada, flautado y trompetería exterior, se añadieron tubos nuevos para completar los desaparecidos de la címbala izquierda, y se restableció la fila de tercera de corneta, la que da el sonido propio de una corneta.


Sepulcros, estilos gótico y plateresco.


Acaba contando que el órgano de Covarrubias se había construido a mediados del siglo XVII. En 1.700 el organero Diego de Orio Tejada restauró el instrumento, añadió 3 canales más al secreto, que constaba sólo de 42 notas, y colocó la trompetería horizontal, una de las más completas de Castilla en su época, y tal vez la más completa.


Detalle: Anunciación, estilo plateresco


El secreto, con sus 350 años, nunca ha sido restaurado y está muy deteriorado. La restauración siempre ha estado prevista y anunciada, pero siempre ha sido diferida. 


Leyenda del sepulcro


Cuya ánima esté en gloria.


Finaliza su escrito diciendo que durante el período que transcurre entre 1.959 y 1.995, Francis Chapelet mantuvo él solo este órgano: mecánica y afinación general, llenos y trompetería, al menos una vez al año, y a veces dos. Su tono parece de enfado.


Sepulcro gótico 


El último escrito de interés sobre el órgano es de 2.008, lleva la firma de Venancio Díaz, y cuenta lo siguiente:


Detalle.


Dice que el órgano de Covarrubias había ido languideciendo lentamente desde el siglo XVIII, pero en 1.963 comenzó una segunda vida. Cuenta que fue entonces cuando Fracis Chapelet visitó Covarrubias y se dio cuenta de que estaba ante una obra maestra de la organería. Sólo le faltaba una reparación a fondo para que sonara casi como en los viejos tiempos. Fue él quien acometió la reparación, que no una restauración, ayudado por amigos y vecinos, y por don Rufino, el párroco de entonces. Deja claro que no fue una restauración, ni tampoco supuso un gran coste.


Leyenda del sepulcro


Cuyas ánimas estén en gloria.


La reparación consistió básicamente en la eliminación de las fugas de aire, ajustes mecánicos, armonización y afinado, y retoques en el mueble. Esto fue suficiente para que Chapelet pudiera grabar un disco con música de autores españoles de la época en la que fue construido el órgano, como Antonio de Cabezón. La calidad del disco fue tan alta que ganó el Gran Premio Europeo de la Academia Charles Cros de 1.964. Fue el primero que se realizó con un Órgano Ibérico Castellano, y supuso un gran empujón para el conocimiento de la historia de nuestra música.


Sepulcro plateresco


Poco a poco, en casi una década, se fueron añadiendo pequeños retoques, como un nuevo teclado, hasta que quedó el órgano en muy buena forma.


Detalle


El campanazo del disco y del premio hizo que muchos músicos, técnicos y entendidos del órgano de muchos países acudieran a Covarrubias a partir de esos años a los conciertos de Chapelet y de otros muchos organistas. Hubo un gran ambiente en aquellos conciertos, que se prolongaron durante muchos años, y que se llenaban siempre de un público entusiasta.


Detalle


Pero hace ya bastantes años, cuando aún era párroco don Javier Gómez Oña, al finalizar un concierto, Chapelet dijo que el órgano estaba comenzando su declive, y que de no restaurarlo agonizaría lentamente.


Leyenda del sepulcro


Cuya ánima Dios tenga en la gloria.


La Junta de Castilla y León intentó incluirlo dentro de las restauraciones del año 2.000, pero no lo terminó haciendo entonces, ni tampoco después. La enorme flojedad del órgano quedó reflejada para el articulista de un concierto, el 7 de Julio de 2.006, donde el pobre órgano aguantó muy mal un tema a cuatro manos, porque al parecer ya no podía casi ni con dos. 


Vista de las naves desde el lado de la epístola


De todas formas nuestro organista, Nicolás, que tan bien conoce el órgano, no se ha rendido, y ha podido, salvando todos los obstáculos, seguir tocando en las misas mayores.


Sepulcro de Fernán González, primer Conde independiente de Castilla, en el lado del evangelio del presbiterio.
El de su esposa doña Sancha se dispone simétrico, en el lado de la epístola.


En mayo de 2.006 el párroco de entonces, don Emiliano García Esteban, se hizo eco de la inquietud de muchos aficionados a la música de órgano, y escribió una carta al Director Social de Caja Burgos, reclamando su ayuda para que la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León programara una restauración completa del órgano. En esa carta hablaba de los graves problemas técnicos del instrumento, de su importancia en el mundo de la música y de la repercusión social que su restauración tendría en el pueblo.


Vista del coro desde el presbiterio


El 12 de abril de 2.007 la Comisión Ejecutiva de la Fundación del Patrimonio dio luz verde a la restauración del órgano, con un convenio previsto con la Colegiata en la que ésta correría con un porcentaje de los gastos.


Coro y órgano


En su artículo, Venancio Díaz llamaba a los vecinos a hacer un esfuerzo económico para recaudar entre todos parte del dinero. Esperaba la reinauguración del órgano con un magnífico concierto lleno de gente, con Francis Chapelet, con Nicolás Renes y con Patxi García, todos felices con el resultado de la restauración. Proponía también conseguir que Chapelet grabara otro disco una vez estuviera restaurado.


Órgano y rosetón


Finalizaba el artículo contando que el 13 de julio de 2.008, en Misa Mayor, se volvieron a escuchar las notas, sonidos y registros del magnífico y maltrecho órgano, mantenido gracias a los desvelos de Nicolás y Patxi, y que a pesar de los siglos transcurridos, aun se esforzaba por complacerle en agradecimiento a quien hace 50 años le rescatara del olvido, consiguiendo que este excepcional instrumento recuperase el esplendor que tuvo en tiempos pasados; mostrando sus virtudes por todo el mundo, y consiguiendo con él varios discos de oro.


Nicolás Renes al órgano. Aún lo toca, y lo mantiene.


Era Francis Chapelet, que había venido a recoger la cereza de oro que le había concedido ese año el Centro de Iniciativas Turísticas de Covarrubias. Chapelet agradeció la distinción que recibía con orgullo, y que admitió que no se lo esperaba, por lo que le supuso una grata sorpresa, y anunció que en breve se procedería a la total restauración del órgano. Ese era el final del artículo.


Esperando al organista


Todas esas esperanzas que planteaba Venancio en su artículo se fueron al traste con la crisis, y no volvieron. El órgano sigue languideciendo lentamente.


Cassette de un disco de Francis Chapelet grabado en el órgano de Covarrubias, copyright de 1966, que tenían en su casa de Barcelona los padres de mi pareja,
y que amenizó nuestra cena de Navidad el año pasado, a petición mía.


Y ahora, por fin, me explico aquel tono de enfado de Chapelet en el concierto del 12 de octubre del año pasado.


No me digan que los títulos de los temas no resultan evocadores.


Y también me explico ahora por qué en Covarrubias todos los mayores saben cantar, y lo hacen tan bien, y les gusta tanto la música, y el baile. Es algo que viene de lejos, de muy atrás, seguramente, pero también de ese órgano del siglo XVII y de toda su trompetería, de los conciertos y coros que se celebraron con él, de todos los que lo han tocado desde entonces, y de su descubridor al resto del mundo, el que le dio su fama moderna, el maestro organista Francis Chapelet.


¿Dónde se ha ido?


Finalizo esta entrada con el comienzo de la leyenda de Maese Pérez, el Organista, de Gustavo Adolfo Bécquer, que ya comenté que había leído a los veinte años, deseando que sus palabras no lleguen nunca a pronunciarse a la salida de la Colegiata de Covarrubias, refiriéndose a su órgano, y a su organista:


Atrio de la Colegiata de San Cosme y San Damián


(...)
Nada menos prodigioso, sin embargo, que el órgano de Santa Inés, ni nada más vulgar que los insulsos motetes que nos regaló su organista aquella noche.
Al salir de la Misa, no pude por menos de decirle a la demandadera, con aire de burla:
–¿En qué consiste que el órgano de Maese Pérez suene ahora tan mal?
–¡Toma! –Me contestó la vieja–, en que ese no es el suyo.
–¿No es el suyo? ¿Pues qué ha sido de él?
–Se cayó a pedazos de puro viejo, hace una porción de años.
–¿Y el alma del organista?
–No ha vuelto a aparecer desde que colocaron el que ahora le sustituye.


¿Y el alma del organista?