domingo, 10 de abril de 2016

Madrid y Patrimonio. Hacia una Recuperación Sostenible. Nuevos Enfoques.


El pasado 27 de octubre asistí a la conferencia "Nuevos Enfoques", dentro de un ciclo de ellas titulado "Madrid y Patrimonio, hacia una recuperación sostenible" que celebraron en el Roca Madrid Gallery, y que pretendía, según su presentadora, explorar las posibles nuevas estrategias y cambios que puedan mejorar la presente situación del Patrimonio de Madrid, propiciando esa deseable recuperación sostenible hacia posibles nuevos usos compatibles con su arquitectura. No había duda de que me hallaba entre arquitectos. 



La conferencia la moderaba Santiago Fajardo, y participaron en ella Paloma Sobrini, directora general de Patrimonio de la Comunidad de Madrid, José Manuel Calvo, concejal de desarrollo sostenible del Ayuntamiento de Madrid, José Ignacio Linazasoro, catedrático de proyectos en la Escuela de Arquitectura de Madrid y académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y Marta Torres, ex directora gerente de ASPRIMA, Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid. Todos arquitectos, pero con distintos enfoques.

Toda la conferencia me resultó muy interesante, planteó muchas cuestiones y reflejó distintas mentalidades, no sólo por parte de los participantes, sino también del público que intervino después. Aunque no estoy de acuerdo con algunas, creo que todas las intervenciones enriquecieron el debate, y por eso decidí transcribirla entera. Espero que su longitud no les desanime. Las cuestiones que se plantearon no son tan elevadas ni teóricas para los no iniciados, y están al nivel de cualquier ciudadano del mundo que se interese por la conservación del Patrimonio de su ciudad.


1. Comienza Santiago Fajardo preguntando por lo que él llama una prioritaria y seguramente recomendable racionalización normativa y administrativa.

Marta Torres aporta la visión del promotor. Ella misma ha liderado proyectos de rehabilitación de Patrimonio histórico en la Gran Vía madrileña, de la mano de promotores que se han arriesgado a hacerlo. Es un negocio de riesgo, por los plazos, por la normativa, por la cantidad de vicisitudes que se pueden encontrar, porque es un proceso que no está reglado, y que no puede y no debe estarlo. El Patrimonio no puede ser sota, caballo y rey. Pero lo cierto es que, cuando te embarcas en una aventura como esa, no sabes lo que te vas a encontrar. Todo el mundo entiende que hacer los números con ese grado de riesgo es muy difícil. Le parece imposible simplificar esa normativa, porque en materia de Patrimonio cada caso es especial, tiene su historia y sus valores. Los ciudadanos tienen que opinar, porque al fin y al cabo es el Patrimonio de todos, pero luego son las instituciones las que deciden en nuestro nombre. Y al otro lado hay un señor o una empresa que tiene unos intereses financieros que cubrir porque, si no los cubre, allí no se va a hacer nada. Por eso vemos cómo tantos y tantos edificios se terminan degradando sin tener un uso. La normativa es muy compleja, es cierto. Entiende que en otros segmentos de la actividad inmobiliaria la normativa sí debería simplificarse y conocerse inmediatamente, por ejemplo la de vivienda. Que la vivienda protegida tenga una normativa distinta que la vivienda libre le parece increíble a estas alturas, no está justificado. Ya no vivimos en un mundo en el que la vivienda protegida sea de peor calidad, eso está superado. Esto implica muchas dificultades para hacer un proyecto con normalidad, y en alguna comunidad autónoma esto es ya para morirse. Pero el Patrimonio es otra cosa. En lugar de simplificar, la clave aquí está en sintetizar, en agilizar la gestión. Si la normativa es compleja ya entraremos los arquitectos a pelear con ella, pero los plazos, los plazos... eso es incertidumbre pura, eso cuesta mucho dinero, y ahí sí que cree que hay que hacer un esfuerzo grandísimo.


Primer tramo de la Gran Vía madrileña, construido en la segunda década del siglo XX.

Paloma Sobrini está totalmente de acuerdo con Marta, porque además no lo puede remediar y en esos casos siempre se pone del lado del promotor. Ahora está en el lado de la administración, pero ha estado muchos años enfrente, luchando contra ese muro de plazos, de incertidumbre... Efectivamente, en cuestiones de Patrimonio hay que analizar cada problema en particular. Pero hay muchos aspectos de la normativa que tendrían que sistematizarse. Por esta falta de sistematización los arquitectos quedamos a veces como subnormales ante de los clientes, y como lentos, como que no hacemos bien las cosas. Y es que no sabemos cómo hacerlo en absoluto, porque nos encontramos con una especie de muro y detrás de él no sabemos lo que va a ocurrir. José Manuel y ella, que acaban de llegar los dos un poco de nuevos, han propuesto normalizar una serie de procedimientos de manera que por lo menos se puedan publicar en el Colegio de Arquitectos, para que los arquitectos sepamos a qué nos enfrentamos en algunos criterios de rutina, que los hay, y que son muchos. Y en cuanto a los plazos, en la Comisión Local de Patrimonio Histórico pueden entrar alrededor de 50 temas en una sola sesión, y muchísimos consisten en que, por ejemplo, en una vivienda situada en un entorno protegido se quieren cambiar los azulejos del cuarto de baño. o que un señor quiere cambiar tres puertas de su casa, o que cambia el salón, o que lo divide en dos dormitorios. No podemos tener a 15 personas viendo estas cosas sólo porque el edificio esté dentro de un entorno protegido. y que luego, cuando llegan a un tema importante, no puedan dedicarle el tiempo que deberían. Por eso están buscando que estos temas muy sencillos no necesiten disponer de la valoración de 15 personas. Han llegado ahora con muchas ganas de cambiar estas cosas. Es verdad que desde que entra un papel hasta que llega la respuesta de la administración pasa mucho tiempo. Es demasiada la labor de procedimiento. También están intentando ver cómo se agiliza esto.

José Manuel Calvo aporta el perfil político y, siguiendo un poco lo que decía Paloma, dice que la legislación es la que es, pero que, por la experiencia de los 4 meses que lleva su grupo en el gobierno de la ciudad, piensa que para resolver los problemas que supone la intervención en el Patrimonio histórico por lo menos hacen falta 3 cuestiones fundamentales. Por un lado, la voluntad política de resolverlo, bien de darle una salida viable, o bien incluso de retirar el proyecto porque no es viable la intervención, pero por lo menos de resolver, de marcar un horizonte al interesado. Otro aspecto fundamental es la coordinación con los afectados, con las administraciones, y con todos los implicados en la resolución del proyecto. Cree que, modestamente, el caso de Canalejas ha sido ejemplar en cuanto a la coordinación que ha existido entre las 3 distintas administraciones, el Colegio de Arquitectos y la agilidad que ha tenido la Comisión de Patrimonio. Por otro lado, la necesidad de que exista criterio por parte de los responsables políticos que, en última instancia deben tomar una decisión al respecto. Si echa de menos algo de lo que ha visto hasta ahora en otras administraciones, o en proyectos y procesos que les han llegado a medias, es la ausencia de criterio en muchos casos por parte de los responsables. Los afectados se quejan de que se les transmitió información contradictoria, de que primero se les dijo una cosa, luego se cambió de criterio, luego se les dice otra, luego tampoco les valía, luego les pidieron una quinta solución, luego una sexta... Y así es imposible trabajar. Por lo tanto, la existencia de un criterio claro también ayuda a agilizar todo este tipo de procesos.


Actual aspecto de la manzana de Canalejas, desde la calle Alcalá. Proyecto del estudio Lamela.

2. Fajardo pregunta ahora cómo se puede estabilizar ese diálogo para que constituya un marco en el que los operadores puedan trabajar y proyectar con un cierto clima de tranquilidad, más allá de estas actitudes y colaboraciones con la administración.

Paloma Sobrini y José Manuel Calvo se remiten a lo que ya han dicho antes.

José Ignacio Linazasoro dice que, por suerte o por desgracia, nunca ha tenido el encargo privado para la rehabilitación de un edificio en Madrid, por lo que no puede hablar de su experiencia personal, ni ha tenido que bregar con una Comisión de Patrimonio, ni nada por el estilo. Ha tenido que bregar en otros sitios, fuera de España, y cree que el problema es también muy complicado. En otros sitios lo que funciona, o no funciona, son asociaciones de amantes de los cascos históricos, por ejemplo, que suelen tener unos criterios muy restrictivos. A los requisitos de la administración se suelen sumar estos criterios, y les hace la solución bastante complicada. Así la resolución de cualquier proyecto de cierta entidad requiere un diálogo a muchas bandas, con muchos agentes implicados, y normalmente un gran esfuerzo por parte de los arquitectos para poder llegar a acuerdos. Diría que los arquitectos quizá son muchas veces los agentes más visibles, somos los que estamos abiertos a más soluciones, siempre que sean aceptables, pero no exigimos una sola solución. A veces, tras estos debates o diálogos, se suelen encontrar soluciones que enriquecen los proyectos, y él tiene experiencias positivas en ese sentido, en el que por la obcecación de un señor implicado en un tema de éstos se ha conseguido mejorar un proyecto. Es más, él ha tenido experiencias de este tipo, no de promotores privados frente a la administración, sino de una determinada administración frente a otra administración. Por ejemplo, en Francia, entre el Conseil Départemental, que es como la Diputación aquí, que tenía que validar su criterio frente al Ayuntamiento, y el debate era entre instituciones, y en medio estaban las asociaciones de defensa del Patrimonio de la localidad. Y al final había aspectos, sobre todo en cuanto a la reivindicación del espacio público que planteaban las asociaciones frente al Conseil Départemental, que quería incorporar a la administración determinados espacios que habían sido espacios públicos, la presión de los conservadores del Patrimonio fue beneficiosa, en el sentido de que al final se consiguió compatibilizar la "apropiación" de esos espacios públicos, y hacerlos al mismo tiempo mantenerse como espacios públicos. En todos estos debates muchas veces hay que distinguir entre lo que es propiamente cuestión de gusto o de opiniones, que se suelen aferrar a criterios muy conservadores, y las rectificaciones de carácter más general, más justificado, que permiten llegar a acuerdos para compatibilizar las cosas.


3. ¿Les parece que este sistema de funcionamiento que tenemos en España a través de las Comisiones de Patrimonio es garantía de que las cosas se pueden gestionar adecuadamente, o son una estructura administrativa susceptible de poderse mejorar, tanto en su composición, su especialización, o en sus medios?

P. Sobrini dice que todo es siempre mejorable, pero cree que, para poder proteger, lo primero que hay que hacer es identificar, catalogar. Ahora su administración está en contacto con todos los ayuntamientos de la comunidad para que actualicen sus catálogos. Hay algunos ayuntamientos tan pequeños, con tan pocos medios, que no pueden sacarlo adelante. Ellos los están ayudando. Hay muchos bienes de interés que no están catalogados, por distintos motivos. El Ayuntamiento de Madrid, por otra parte, hizo una labor increíble de catalogación en el trabajo de revisión del Plan General. Como esta revisión finalmente no se ha aprobado, les han pedido que por lo menos el catálogo sí se apruebe, porque es muy bueno, muy bien hecho, y actualizado.


4. Hablando ahora de la paralización de la revisión del Plan General de Madrid, ¿existe alguna estrategia o plan para Madrid como ciudad, al modo de como se estaba entendiendo para el Plan General, que a su modo de ver era muy correcto. Es decir, constatado el crecimiento cero de Madrid, tender hacía una estrategia introspectiva, una mirada interior hacia una ciudad consolidada, para tratar de reconsiderar sus singularidades, su cohesión... Cómo está esto ahora?


Cuatro Torres Business  Area, edificadas sobre la antigua ciudad deportiva del Real Madrid

J.M. Calvo cuenta que la revisión del Plan fue retirada por la corporación anterior. Hicieron un trabajo muy bueno, no sólo el catálogo, y su grupo entiende que todo ese trabajo no se puede desaprovechar. Piensan que hay que utilizarlo, incluso mejorarlo, incluso profundizar en algunos aspectos, y que desde luego ese catálogo tiene enorme interés. De esta revisión del plan les sirve todo el ejercicio de diagnóstico, que forma una base de datos muy rica para el ayuntamiento. Han replanteado su uso, de tal manera que ellos entienden que hay que plantear en la ciudad un cambio estructural en dos cuestiones fundamentales: por un lado, la regeneración urbana. Madrid necesita grandes operaciones de regeneración urbana. Hay colonias de los años 50 y 60 que, evidentemente, exigen mejoras, tanto de los propios edificios como del espacio público. Han reutilizado todo este trabajo para configurar un mapa de la desigualdad en Madrid. Quieren identificar con mucha claridad las zonas vulnerables de Madrid donde hay que intervenir de manera integral, con distintos grados de urgencia y de niveles de intervención. Quieren establecer una prioridad de intervención, porque los recursos son limitados. Afirma que la apuesta de Ahora Madrid por la regeneración urbana es muy clara. Por otro lado, hay otro plan estructural que cree que hay que abordar para transformar la ciudad de Madrid, que es un plan estratégico de mejora del espacio público y la movilidad. Tienen que repensar la movilidad de la ciudad, tienen que potenciar los espacios públicos, generar más espacios de peatonalización, reducción progresiva del vehículo privado, sobre todo en zonas de mayor incidencia, en la almendra central. ¿Por qué priorizan estos dos programas frente a la redacción de un nuevo plan general de urbanismo? Porque piensan que el plan general no deja de ser un documento necesario, pero que a pesar de lo complejo que es y de la tramitación que exige, tras cuatro o cinco años de tramitación, lo que da el plan general es una imagen del uso del suelo y de la propiedad del suelo. Es verdad que los planes sirven para fijar modelos urbanos, pero también es cierto que los dos grandes proyectos que han sido las Cuatro Torres de la ciudad deportiva, y el Madrid Río, no estaban recogidos ni en el plan del 97 ni en el del 85. Hubieran tenido cabida en ambos planes, y por lo tanto el plan no deja de ser un documento marco sobre el que se pueden plantear modificaciones. Entiende por lo tanto que es prioritario transformar la realidad física de la ciudad, Lógicamente eso se puede traducir después en un nuevo plan general de Madrid, o en un instrumento de planeamiento alternativo. Otro debate que quieren poner en marcha es cuestionarse la propia naturaleza del plan general como instrumento para fijar un modelo de ciudad. A lo mejor tiene que ser un plan general, o a lo mejor tiene que ser otro instrumento de planeamiento que permita, con mayor flexibilidad, absorber las modificaciones, las variaciones y las demandas que va teniendo la ciudad a lo largo del tiempo y de su desarrollo, y que no sean tan rígidos y por otro lado tan manipulables como un plan general como documento marco, que en cualquier momento puede ser superado por la vía de los hechos a través de modificaciones puntuales que cambian la naturaleza con la que se concibió el plan.


Madrid Río, parque lineal a lo largo de las riberas del río Manzanares.
Se pudo realizar tras el soterramiento de la autovía de circunvalación M-30, que discurría por ahí.
Proyecto de una asociación de estudios de arquitectura de Madrid,
dirigido por Ginés Garrido y formado por Burgos & Garrido Arquitectos, Porras & La Casta y Rubio & Álvarez Sala.

Río de piedras, en el Madrid Río.

Madrid Río, desde el puente de Arganzuela.

Madrid Río.

Puente de Toledo, de Pedro de Ribera, siglo XVII, mandado construir por Felipe IV, e incorporado al proyecto del Madrid Río.

Madrid Río, desde el puente de Toledo. Al fondo, el puente de Anganzuela, de Dominique Perrault.

Madrid Río, a vista de (un) pájaro.
Pueden encontrar más información del Madrid Río aquí.

P. Sobrini quiere añadir algo más. Dice que hemos estado varios años en los que casi no se catalogaban edificios. Esto ha estado frenado, pero lo van a cambiar, se han propuesto avanzar. Y no sólo con arquitectura pasada y edificios antiguos, sino también con escultura, pintura, bienes muebles e inmuebles, y arquitectura contemporánea, para evitar que alguno de ellos pueda echarse a perder, y después todos nos lamentemos. Tienen ya una programación para hacerlo de aquí a mediados de 2016. La intención es proteger lo que merece la pena proteger, y no solamente edificios, sino también qué parte de los edificios, qué partes no, qué entornos. Después habrá que organizarlo y ordenarlo.

A M. Torres le gustaría saber si las dos administraciones aquí representadas (municipal y autonómica) van a empezar a incorporar el factor económico cuando realicen este nuevo catálogo de Patrimonio tan vasto del que están hablando. Porque puede ocurrir que un edificio tenga todo el sentido de estar catalogado, pero también puede ocurrir que eso signifique cavar su tumba. Quiere decir que eso no sea el final del edificio porque hace inviable cualquier actuación en él que sea rentable. Ha visto a tantos promotores que se lo plantean, y a tantos que desisten porque se dicen, "madre mía, es que entrar aquí es perder dinero, seguro". Y ella se dice qué lástima, qué lástima, porque al final la ciudad se degrada. Y no habla de una catedral, evidentemente, de eso se tiene que hacer cargo la administración. Está hablando de edificios de viviendas, en zonas históricas de Madrid, y que cuando paseas por ellas te dices bueno, en el mejor de los casos le han lavado la cara a la fachada, pero si entras en ellos... Ella ha hecho muchas visitas a edificios históricos y en muchas ocasiones no se podía creer cómo se podía vivir en una zona de Madrid, en la que cualquiera de fuera mataría por estar ahí, y ver que aquello era inhabitable. No puede suceder eso, porque es malo para todos. Para el que vive allí, primero, y para el resto de los ciudadanos, por supuesto, también. Esto de incorporar los criterios económicos siempre suena muy mal. Parece que los promotores lo único que quieren es ganar siempre dinero a costa de lo que haga falta. Ella conoce a muchos que no piensan así, y a muchísimos que estarían encantados de actuar en edificios históricos. Y sin embargo, todos salen huyendo, todos. Y terminan pensando ¿cómo puedo descatalogar esto que me han catalogado? Algo está pasando. Ella cree que las Comisiones de Patrimonio terminan siendo muy endogámicas, y que falta incorporar otros factores, que parece ser que queda mal incorporar, que es que las operaciones sean viables en términos económicos.

J.I. Linazasoro no conoce el caso de Madrid, pero sí el de otras ciudades, y piensa que los catálogos se hacen con unos criterios muy ligeros. Él hace poco hizo un hotel en Ávila, en un edificio catalogado estructuralmente, es decir, no se podía tocar la estructura, pero esa estructura estaba que se caía. Es decir, lo que no se puede hacer es catalogar un edificio y decir que hay que mantener la estructura, cuando la estructura está que se cae. Eso se ha hecho mal. Se ha abierto una fachada, se ha visto que no se qué..., y ni siquiera se ha entrado en el edificio ni se ha estudiado debidamente.

(Aquí tengo que hacer un pequeño paréntesis. Desconozco el plan general de Ávila, pero el de Madrid define el grado de protección estructural de la siguiente manera: "Con valores suficientes para merecer la conservación, tanto de su volumetría como de sus elementos arquitectónicos más destacados". Esa denominación lleva a algunos técnicos a pensar que sólo se protege la estructura portante, o que es esa estructura la que le aporta el principal valor arquitectónico, cuando lo que se protege es la estructura portante y también la morfológica. No sé si estas palabras de Linazasoro partían de esta denominación confusa. Aparte de esto, totalmente de acuerdo con la mayoría de sus razonamientos.)

Catalogar un edificio no es una tarea fácil, requeriría un esfuerzo. Hay cosas que se valoran excesivamente, como el mantenimiento de las fachadas, que sucede en todas partes, que se mantienen fachadas que no tienen ningún valor. Pero claro, siempre es el problema, y esto también tiene que ver con la valoración cualitativa de los proyectos. Es decir, siempre se acude al argumento de que, al final, cualquier proyecto moderno que se haga va a tener una fachada peor que la que se mantiene. Entonces esa fachada vulgar del XIX, mal construida, porque en Madrid no se construía muy bien en esa época, generalmente, se mantiene, y eso suele ser costosísimo. Y no se tiene la confianza y no se sabe acertar con los arquitectos que podrían realmente dar una buena imagen. Él cree que hay mucha gente capaz, y no lo dice por él, sino por otros muchos, capaz de resolver un edificio en el centro histórico de Madrid sin necesidad de mantener la fachada, ni de mantener una estructura que sea inhabitable y que no tenga el menor interés. Es decir, no cualquier cosa, por ser antigua, es buena. Él siempre dice esa frase, y recuerda que una vez en una Comisión de Patrimonio en Francia, él sacaba la foto de una catedral, en Beauvais, una catedral carolingia, que tiene una cabecera que es una obra maestra del gótico tardío, con las bóvedas más altas del gótico, y él decía que lo que ahora todo el mundo está dispuesto a mantener, en un momento fue nuevo. Es decir, en un momento se tiró parte de la iglesia carolingia para construir esa parte nueva. (Pueden ver fotos de la altísima catedral de Beauvais en este blog). Es verdad que no estamos en la situación de otros tiempos. El factor histórico también tiene una valoración, además del hecho arquitectónico, pero sí es verdad que el criterio arquitectónico está considerablemente mucho más devaluado y mucho menos apreciado que el criterio histórico. Porque la historia, en nuestra sociedad, se considera un valor objetivo, científico, mientras que la arquitectura se considera algo subjetivo y opinable. Y eso hace que, en definitiva, la gente se agarre a criterios muy conservacionistas. Y se considera que una fachada, por ser histórica y tener un determinado tiempo, ya tiene un valor en sí, frente a una cosa en la que no se confía. Se ha perdido la fe en que una construcción moderna pueda ser de mayor calidad que una antigua.


5. A Fajardo le parece que la posibilidad de ampliar el catálogo, incluyendo edificios interesantes que en este momento quedan fuera, puede tener un cierto riesgo de interpretación. La posibilidad de apoyar y mejorar ese catálogo le parece conveniente, más allá de las subsanaciones sobre el planteamiento que se puedan realizar. Entiende que en este momento pueden existir medios y conocimientos suficientes como para hacer un catálogo con los criterios de rigor necesarios para poner nombres y apellidos a las cosas. Hemos pasado aquellos años 80, del primer catálogo para el Plan General del 85, en el que se protegía prácticamente todo. Parecía un sarcasmo, pasar de los años 70 en que se podía tirar casi todo, y se tiró prácticamente toda la Castellana, a los 80, en que no se podía tocar nada. Habría que hacer un buen análisis. Realmente qué merece la pena conservar, y qué se puede desechar, sin que luego nos vengan remordimientos. Otra cosa es el enfoque económico. Le gustaría que lo enfrentaran también, porque el mundo empresarial es una parte importante de este devenir del Patrimonio edificado de Madrid y, trabajar en un clima de inseguridad no facilita las cosas. Hay que tratar de conseguir un Patrimonio sostenible, y no está hablando de la sostenibilidad energética, sino en el más amplio sentido de la palabra, también en el económico.

M. Torres quiere poner un ejemplo muy claro de ese enfoque económico, que le pasó a ella, y que por eso lo expone. Ella participó en la rehabilitación de Gran Vía nº 11. Era un edificio de viviendas y lo transformó en un hotel, pero no la dejaron sustituir las ventanas. Entonces, ¿cómo vas a hacer un edificio de calidad, pero de calidad exigida por la ley, no quiere decir ya las estrellas que pueda tener el hotel, si no puedes sustituir las ventanas? ¿Cuál es el problema? Ella entiende la estética de la ciudad, la estética de la Gran Vía. Todos entendemos que hay que mantener una determinada estética en algunas zonas porque si no perdemos nuestra historia. Hasta ahí de acuerdo. Pero, por Dios, sustituir una ventana de madera que tiene no sabe ya los años que tiene... Y la decían, bueno, sí, pero si la cambias la pones de madera otra vez. Pero bueno, ¿pero por qué? Llega un momento en el que la protección o la sobreprotección está hecha con unos criterios..., que dices, pero bueno, pero realmente me están contando a mí esto, para luego poder mantener esa ventana adecuadamente... ¿Realmente pensamos los ciudadanos que en eso enriquecemos nuestro Patrimonio porque la ventana siga siendo de madera y no pueda ser de aluminio? Eso sí, ella quiere que se mantenga la fachada del edificio de la Gran Vía con sus riquezas arquitectónicas, estéticas, culturales e históricas. Pero por Dios, la ventana.... Aclara que era una ventana normalita, sin celosías ni cosas así. Y para eso hay que ponerse a luchar y gestionar durante un año, para que alguien entre en razón y te deje cambiar las ventanas. A esto es a lo que ella se refería antes, a la hora de normalizar. Les decía ¿pero eso está en la normativa? Y le decían pues no, es que no está. Es decir, que el problema no está en racionalizar la normativa, está en racionalizar los criterios.


Edificio Gran Via 11

Gran Vía 11, detalle de la fachada con las carpinterías, que finalmente no fueron de madera.

P. Sobrini entiende que buscar una sostenibilidad en el Patrimonio es fundamental. Dice que están rehabilitando un montón de ermitas, abrevaderos, fuentes, puentes, edificios... en la región de Madrid, y es importante que la administración local, o quien quiera que esté ahí, se corresponsabilice de alguna manera. Lo que no se puede pensar es que siempre el estado se va a ocupar, o que siempre alguien te lo va a mantener. Ahí llegamos al tema del uso. Pensar que los usos no se pueden modificar..., hay mucha gente piensa que también hay que proteger el uso. Si eso fuera así seguiríamos con los castillos medievales con no sé qué, porque los castillos tendrían una función defensiva y las ermitas sólo se usarían para el culto. Entonces no haríamos nada. Es fundamental pensar que el uso tiene que adaptarse a que luego el edificio sea sostenible. Hay muchas ermitas con usos culturales, hoteles, hospederías en monasterios... Todo eso funciona muy bien. Entonces revisar y catalogar no es solamente ir a más, también es revisar lo que ya tenemos catalogado, porque a veces hay cosas catalogadas que ya ni siquiera existen. Todo el catálogo se ha quedado un poco anquilosado. Hay que revisar para más y para menos, y para hacerlo con honestidad legal y jurídica, que lo que se proteja sea porque está realmente bien. Está de acuerdo con Linazasoro en que no todo lo viejo es bueno. Hay que hacer las cosas con criterio, y pensando en el futuro: qué va a pasar con eso, quién lo va a cuidar y quién lo va a mantener.

J.M. Calvo invertiría el problema. Evidentemente, hay que abogar por la racionalidad de los criterios a la hora de emprender la viabilidad de las operaciones, pero también es cierto que la protección no ha sido un hecho que haya ocurrido al azar, sino después la falta de sensibilidad demostrada por los empresarios y determinados constructores a la hora de abordar la intervención en el Patrimonio. Lógicamente, ante esa falta de sensibilidad, la administración, con técnicos y especialistas, sobreprotege para evitar males mayores. Ahí tenemos un caso muy reciente, el de la Central Lechera Clesa. Se ha estado a punto de perder un edificio absolutamente central en la arquitectura madrileña porque la promotora, en este caso, no había identificado el valor que podía tener ese edificio. Ha tenido que haber una movilización ciudadana y de otros colectivos, del colegio de arquitectos y de las administraciones para proteger ese edificio, también a cambio de una serie de incentivos. Su grupo va a racionalizar los criterios, pero también va a tratar de exigir al sector empresarial una mayor sensibilidad a la hora de intervenir en el Patrimonio, y desde luego que, cuando intervengan, cuenten con los mecanismos institucionales que sean capaces de intermediar para intervenir en el Patrimonio.


Edificio de La Clesa, proyectado por Alejandro de la Sota en 1.959, salvado de la piqueta por los pelos. Pueden leer la noticia de su salvación aquí.
Ejemplo de modernidad y funcionalismo en la arquitectura industrial de su tiempo, y una de los primeras en utilizar estructura de homigón pretensado.

Tras llegar a un acuerdo con su actual propietaria, la constructora Metrovacesa, ahora espera su reabilitación.

M. Torres dice que lo harán encantados porque, para un promotor, cuanto más valor tenga su edificio, mejor. Si considera que el valor histórico del edificio es un activo, lo va a cuidar encantado. Pero si hace la lectura al revés y se dice, madre mía, los problemas que se me vienen encima, yo no rehabilito esto en la vida..., se convierte en un problema que se intenta saltar, y a ver cómo hace la lectura a la administración para salirse con la suya. Y lo que hay que hacer es darle la vuelta a la tortilla, completamente de acuerdo. El promotor tiene que apreciar que eso es un valor y un activo, y lo que tiene que hacer es levantar ese valor, en lugar de cargárselo y saltárselo en cuanto la administración se da media vuelta, como vemos permanentemente que ocurre, en esta ciudad y en muchas otras. Cree que eso se resuelve, efectivamente, exigiendo esa responsabilidad y dando a cambio esa agilidad en la gestión y en los plazos. Entonces funcionará.

J.I. Linazasoro, una vez dicho lo que ha dicho, también piensa que la gestión del Patrimonio por parte del sector privado en esta ciudad en concreto es lamentable, lamentable. La cantidad de edificios de arquitectura moderna que están chabolizados... La falta de control que hay en el cerramiento de las terrazas, en edificios, por ejemplo, de gran valor arquitectónico, donde se cierran las terrazas, por cierto, con unas carpinterías de aluminio... Hay carpinterías de madera buenísimas hoy día, y más aconsejables, incluso desde el punto de vista climático, que se pueden utilizar. Decir carpintería de madera como si fuese una antigualla no es correcto, es algo absolutamente contemporáneo. La cantidad de carpinterías de hierro de los años 50 que existen, carpinterías modernas, que se pueden sustituir por otras carpinterías de hierro de perfiles finos, se han sustituido por otras de PVC o de aluminio, destruyendo absolutamente fachadas enteras. Él entiende que, en ese sentido, no solamente la administración no controla, es que controla muy poco. En otros sitios, en Barcelona mismo, hay mucho más control sobre la arquitectura privada y las obras que se hacen.


Mansardas de un edificio en la Plaza de Santa Ana.
La importancia del material, las dimensiones, y el color de las carpinterías, la pueden juzgar ustedes mismos.

M. Torres: Porque hay más sensibilidad.


Carpintería de madera moderna, incorporada a una fachada del siglo XVII catalogada y rehabilitada, en la calle Cabeza 14, Madrid.

J.I. Linazasoro: Entonces, lo que habrá que hacer es intentar sensibilizar a la ciudadanía en ese sentido. Si un promotor ve que cualquier intervención en un edificio histórico es ya un poso añadido, y no es consciente, probablemente por razones culturales, de que unos elementos determinados le daban un valor, un plus, entonces no hacemos nada.

M.Torres vuelve al problema de la incertidumbre en la gestión. Saca el tema del edificio España. ¿Es que este señor viene de la China, compra aquello, y nadie le dice dónde se estaba metiendo? Y ahora hay que ponerse a pensar si lo puede tirar, si no lo puede tirar, si es posible o no... A ella le parece increíble. ¿No sabía lo que compraba? ¿Nadie le dijo nada? ¿O lo sabía y es que ahora se está intentando saltar lo que eran sus obligaciones? Cree que así no se puede avanzar.


Edificio España, construido entre 1.948 y 1.953, con estructura de hormigón.
Aportó al régimen franquista, en ese momento, una imagen  simbólica de superación de la postguerra.
Durante unos años fue el más alto de la ciudad, hasta la construcción de su vecina Torre de Madrid. 

Su enorme estructura responde a la moda de "edificios ciudades", que se extendió por Europa a mediados del siglo XX.
No había prácticamente ninguna necesidad contemporánea que el edificio no puediera satisfacer.
En su interior tenían cabida viviendas, oficinas y galerías comerciales.

Su fachada de ladrillo, de 24 cm. de espesor, se apoya en la estructura, como sucede en toda la arquitectura moderna,
y no al revés, como en la tradicional, donde la fachada tenía una función portante.
De ahí la dificultad de mantenerla mientras se realizan los trabajos que requiere la adaptación de la estructura.

J.M. Calvo dice que lo que pasaba antes es que se tenía en cuenta la capacidad de negocio del promotor y se mostraba una sensibilidad diferente en cada caso.

M. Torres: Efectivamente, y no se puede ceder nada ahí. Si cedes aquí al siguiente que venga ¿qué le vas a decir? ¿Que a él sí le toca? Aquí, o pan para todos, o caviar para todos. Porque si no la imagen que das es que aquí todo vale, y que depende de cómo negocies, y eso no puede ser.


6. ¿Os parece que debiera haber más transparencia en ese debate que hasta ahora se suele producir entre dos partes, el interesado y la administración? Al menos en los proyectos más relevantes. ¿Debería haber más información sobre ese proceso, lo que se cuece, por ejemplo sobre el edificio España?

P. Sobrini ha tenido la suerte de no haber pasado nunca por las Comisiones de Patrimonio de Madrid, la CPPHAN y la CLPH. Pero son las dos administraciones y el colegio de arquitectos, al final son sólo estas 3 instituciones, y el cliente, o el arquitecto, o el autor. Pero sí que hay cosas de cierta envergadura que afectan a los ciudadanos, y quizá también se podría hacer en esos casos un debate público, pero eso sí, debería hacerse mucho antes, no después, lamentándote de la decisión, o de lo que ha pasado.

M. Torres: Sería muy interesante que fueran las propias administraciones las que les explicaran a los ciudadanos los criterios, en lugar de enterarse a través de los medios de comunicación.

J.M. Calvo: Sería incluso más interesante que los medios de comunicación generaran espacios de debate que permitieran a los ciudadanos enterarse. Cuando se habla de cuestiones como de la inversión que se va a perder, o cuando se habla de la operación Chamartín, que son operaciones donde hay que explicarle a los ciudadanos de dónde viene la inversión, si esa inversión es viable, si es que esto es verdaderamente así o es que el proyecto tiene otras aristas que a lo mejor no se le explican a la ciudadanía, y a lo mejor, más que las propias administraciones, que hacen lo que pueden, él aboga por la transparencia máxima, por la apertura hacia la ciudadanía de todos los procedimientos. Pero cree que en este caso la responsabilidad está en el lado de los medios de comunicación, que no permiten establecer una mínima complejidad, un mínimo debate sobre algunas operaciones. Cuando lo único que oímos es que se pierde la inversión o se va la inversión, se para o se pone en marcha... Cree que hay matices, son operaciones muy complejas, y el medio y el foro para distribuirlas y hacerlas llegar a la ciudadanía es el medio de comunicación. Y en este caso, lanza una pequeña crítica, porque en muchos casos estos medios no acaban de dar toda esa información necesaria para comprender las operaciones.

(Y ya que no hay ningún periodista en la sala, hago yo ahora otro paréntesis para preguntarme si también se ofrece toda esta información desde la administración, en ruedas de prensa abiertas donde los periodistas de todos los medios, también afines a la oposición, puedan hacer todas las preguntas que quieran.)

M. Torres dice que por eso precisamente ha lanzado esa idea, aunque se había saltado esa primera reflexión que es la que acaba de hacer José Manuel. Ya que los medios de comunicación no lo hacen de una manera responsable desde su punto de vista... Ella ha vivido toda la crisis del sector inmobiliario y ha tenido que aguantar de los medios de comunicación lo que no está escrito, a veces con razón y a veces con muy poca razón. Y eso es incontrolable, y por eso ha lanzado esta sugerencia. Los medios dan una información muy sesgada en muchas ocasiones, por eso cree que las administraciones deberían complementar la información para que al ciudadano no le llegue sólo una parte.

P. Sobrini está de acuerdo con Marta, porque de todo lo que sacan los medios, de la mitad no dan ni una.

J.M. Calvo echa de menos que en una televisión pública como Telemadrid no haya un espacio de debate en el que se pueda estar una hora y media discutiendo el proyecto de la operación Chamartín.

M. Torres dice que estaría fenomenal.

J.M. Calvo: O del proyecto de Canalejas, o de la operación Campamento, o del plan de regeneración urbana de Madrid. No existen esos espacios. Lo único que tenemos son foros de debate donde lo único que prima es la frase y el eslogan, porque hay que intervenir en dos minutos y medio, y evidentemente así no da tiempo a explicar nada.


Plaza de España, con la Torre de Madrid, el Monumento a Cervantes, y el Edificio España.
El Ayuntamiento planea reformar esta plaza, pero el monumento a Cervantes se mantendrá en el mismo lugar (ver aquí).

7. Volviendo al ámbito económico, y refiriéndonos al parque residencial. Más del 20% de los edificios residenciales tiene una edad superior a 50 años. Estas son circunstancias negativas que nos ponen delante una operación complicada. Por más que se arbitren medidas de ayuda parece que todavía no existe financiación suficiente como para materializar que las comunidades de vecinos produzcan la actualización que se requiere. En muchos casos son edificios ocupados por gente mayor, pensionistas... ¿Cómo os parece que pueda salvarse esa dificultad?

J.M. Calvo: Naturalmente con inversión, y las administraciones tienen que hacer un esfuerzo importante. Sin pedir excesivas cuentas a gobiernos anteriores, cree que en los últimos años no se ha cumplido esa función fundamental que a su criterio debe cumplir la administración, que es capitanear y pilotar estos procesos, mediante la inversión y mediante la coordinación de recursos. Las administraciones municipal y autonómica no tienen capacidad por sí mismas de asumir la regeneración urbana que hoy por hoy necesita la ciudad de Madrid, pero sí que pueden hacer un esfuerzo inversor mucho mayor de lo que han hecho, al menos lo podían haber hecho durante todos estos años de crisis, y también pueden hacer un esfuerzo en la agilización de trámites, en la coordinación con otras administraciones, en la generación de confianza a los ciudadanos, en la búsqueda de fondos europeos, sostenibles... Cuando nos encontramos con que la Comunidad de Madrid en el año 2012 aprueba una ley con carácter retroactivo según la cual las ayudas pasan de 50.000 a 15.000 euros para la mejora de la accesibilidad a los edificios, es que esto no es que no promueva la inversión, sino que la desincentiva de una manera tal, que para recuperarnos necesitamos un esfuerzo mayor, de coordinación, de generar confianza, de transmitir a los vecinos la necesidad de acudir a nuestras instalaciones, porque la gente que ha pedido préstamos se ha quedado colgada de la brocha, no solamente porque no ha recibido la ayuda adecuada, sino porque se la han reducido, y así es muy difícil confiar. Y para que la administración funcione hay que coordinar inversión pública, inversión privada y también, evidentemente, la capacidad inversora de los usuarios. Tiene que ser una coordinación de recursos, y aquí la administración tiene que ser garante de que estos procesos sean exitosos.

P. Sobrini cree que eso es una asignatura pendiente, y que a ver si es verdad, porque lleva oyendo lo mismo durante mucho tiempo. Recuerda un plan de rehabilitación de barrios de la ministra Chacón, o Corredor, no recuerda bien, donde se iba a crear una plataforma a la que se incorporarían todos los agentes de la construcción, todos: la banca, los aparejadores, los arquitectos... Entonces les proponen que vayan en parejas, el promotor y el arquitecto, por los barrios, explicándoles a las señoras que les iban a arreglar el cuarto de baño, y el hall, y pintar, y poner ventanas nuevas, y que se iban a ocupar además de prepararles el crédito con el banco... Así, en parejas, como si fueran testigos de Jehová, y además el banco iba a decir que quien tenía que pagar era la señora, no ella que era la arquitecta. Era una mentira tal, que todos se preguntaban si eso era el plan de rehabilitación de barrios del que habían oído hablar. Y en cuanto a Madrid, si entramos al centro, está la primera línea, que más o menos está bien, arreglada, luego pasas a una segunda línea, luego a una tercera, y llegas a una infravivienda, donde no tienen ni ventanas, ni instalaciones de nada, una infravivienda auténticamente para llorar, y muchas que ni se conocen, hay mucho más de lo que nos pensamos. Y ahora las ITE las están implantando en todos los ayuntamiento, afortunadamente, pero se acuerda de que hace poco era sólo para municipios de más de 25.000 personas. Y hablando un día con un alcalde, éste le dijo que pensaba que no había tanta necesidad, porque como iba a dar un resultado negativo a la mayor parte de los edificios de su ciudad, se iba a ser poner en evidencia que su parque de viviendas estaba mal. Pero es que casualmente hay mucha gente que no puede arreglar sus viviendas. Entonces ¿qué hacemos? ¿Nos callamos todos porque toda esa gente no tiene ayudas? Entonces les dicen "arréglalo". Y ellos contestan "¿y cómo?" Y como están en el centro histórico de Madrid les dicen "y además esta ventana la vas a poner de madera, y con estas características. Y en el ascensor panorámico, no podéis poner chapa, porque está en un entorno de monumento". Y se te quedan mirando con una cara..., como diciendo ¿y cómo lo pago? Esto es una asignatura pendiente que tenemos todos los ciudadanos y todas las administraciones, y daría para muchísimo debate.

J.I. Linazasoro: Resolver esos problemas es carísimo. Recuerda que en los años 70 se puso como modelo de intervención el casco histórico de Bolonia. Gobernaba la ciudad el partido comunista italiano, y la administración tenía mucha fuerza, y Cervellati y otros arquitectos proponían la compra de manzanas enteras en el centro histórico, el vaciado y la rehabilitación, haciendo sobre todo viviendas en profundidad. Pero claro, aquello fue una experiencia de 3 ó 4 manzanas, la vía Zaragoza y alguna zona de allí, poquísimo, porque no había administración que lo pudiera hacer. Continuar con eso era imposible. Se hizo eso, también, en ciudades bombardeadas en la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo en Varsovia, en Polonia, que como quedó casi totalmente destruido su centro histórico, se reconstruían las partes más próximas a la fachada y se vaciaban parte de las infraviviendas que había en las zonas interiores. Pero eso se hizo desde una administración que estaba además en una posguerra, cuando había habido unos bombardeos y había que reconstruirlo todo.
Él ha pensado, incluso alguna vez lo han propuesto en la escuela, a los alumnos, el tema de Lavapiés. Lavapiés es una zona donde la rehabilitación integral de manzanas podía ser interesantísima, porque ahí hay corralas interiores, etcétera, que si se hicieran perforaciones, si se atravesaran esas manzanas, se podría mejorar muchísimo el tejido urbano y rehabilitar el corazón de Madrid, creando incluso espacios públicos. Lo que pasa es que eso ¿cómo se evacua? ¿cómo se paga? Es muy costoso,


Manzadas colmatadas en Lavapiés. Apenas quedan patios dentro de ellas.

P. Sobrini: Eso lo han hecho en el centro de París, al lado de la Défense, en unas manzanas que estaban preciosas, pero lo que han hecho ahí es que lo que estaba edificado se lo han permitido subir siempre que desde la calle no se viera. Pero aquí, como no... Tendría que cambiar la normativa primero.


Antiguas ruinas de las Escuelas Pías de Lavapiés, rehabilitadas por J.I. Linazasoro en 2.004 en su proyecto para Centro Cultural.

La antigua iglesia, incendiada durante la guerra civil, ahora alberga una biblioteca

Antigua cabecera de la iglesia.
Pueden ver más fotos aquí.

J.I. Linazasoro dice que aquí debería haber normativas más flexibles que permitieran ese tipo de intervenciones. Cree que hay que interactuar con el Patrimonio. Actualmente, la arquitectura contemporánea, la que se hace ahora, tiene un planteamiento necesario de medirse con el Patrimonio, de interactuar con el Patrimonio. Hay que hacer intervenciones que sean económicamente posibles, y que además supongan, pues eso, un cambio de uso importante, cesión de espacios públicos a la ciudad, en fin, muchas cosas. Por ejemplo, aquí en Lavapiés es un sitio donde se podrían hacer cosas fantásticas, y conseguir experiencias interesantes. Ya hubo un plan de rehabilitación, y ahora el barrio está mucho mejor que hace 20 años, cuando él intervino con las Escuelas Pías, que estaba mucho más degradado. Pero cree que hay un lugar donde realmente se podrían hacer operaciones importantes. Pero claro, tendría que haber una flexibilidad por parte de la administración, en el sentido de permitir que determinadas operaciones imaginativas resulten rentables también, y tiene que haber una negociación, ceder a la ciudad tal cosa, a cambio yo te permito esto... Y eso requiere de una palabra: Arquitectura. Piensa que la arquitectura es la única disciplina que realmente puede resolver esos problemas. Igual que otros barrios, por ejemplo: Fuencarral. Es una obra maestra de nuestra arquitectura moderna de los años 50. Su cátedra, en la Escuela, una vez propuso un tema de rehabilitación en el propio barrio de Fuencarral. En Berlín se han hecho operaciones sobre la Siemensstadt, y zonas de los años 20 y años 30 que forman parte del Patrimonio arquitectónico más valioso que tiene Berlín, que es la arquitectura racionalista y expresionista de esa época. Con interrupciones importantes, y con mejoras. Porque esos barrios, igual que el Viso, empezó siendo un barrio de clase media-baja, y ahora es lo contrario. Por ejempo Fuencarral podría ser un barrio parecido a barrios que hay en Copenhague, o en Berlín, o en sitios similares, donde hay un tipo de arquitectura parecida. Pero habría que hacer una rehabilitación importante, y una mejora de las viviendas y, por supuesto, para hacer rentable eso habría que hacer un proyecto donde se negociara con la administración y donde se ofrecieran cosas a cambio.


El barrio de Fuencarral, situado en una pequeña aldea a las afueras de Madrid, se realizó en dos intervenciones,
Fuencarral A, encargado a Francisco Javier Sáenz de Oíza, y Fuencarral B, a Alejandro de la Sota.
Fuencarral A fue edificado con un criterio racionalista estricto, probablemente adoptado después de un viaje por América.

El objetivo primordial de Oiza era la búsqueda de lo mínimo necesario para la vivienda, junto con la racionalización y la normalización técnica.

Fuencarral A desarrolla 500 viviendas, de las cuales 300 serán viviendas unifamiliares en 2 plantas, con jardín propio,
y 200 en bloques de cuatro pisos, con 2 viviendas por planta.

La ordenación del conjunto, con un tratamiento paisajista, está en línea con los proyectos que Oíza desarrollaba en la Obra Sindical del Hogar.
Pueden ver más información aquí.

J.M. Calvo dice que estamos excesivamente acostumbrados a la implantación de un modelo que él llamaría liberal, muy fuerte, donde al estado y las administraciones se las ha entendido como meros gestores encargados de casar y encuadrar intereses diversos. Esa visión no está bien planteada. El ayuntamiento de Madrid, en los últimos años, ha destinado mil millones de euros a amortizar deuda, o bien anticipadamente, o bien deuda de distintos tipos. Hablamos de un presupuesto de cinco mil millones. El proyecto de Madrid Río costó en torno a siete mil millones. Es decir, qué ocurriría si esta ciudad, en estos últimos 10 años, en lugar de estar pagando anticipadamente deuda, sin poner en cuestión el funcionamiento de la ciudad, que no se pondría en cuestión, no amortizáramos mil millones, sino quizá, garantizáramos un superávit de ochenta o cien mil millones, que es algo perfectamente razonable, pagando más fácilmente la deuda, sin endeudarse de la manera en que nos hemos endeudado, para garantizar la estabilidad económica. Cómo estaría nuestra ciudad, entendiende lo bien que está Madrid Río, pero sin compartir los sobrecostes que ha tenido y habiendo evaluado mejor su impacto, y habiendo evaluado mejor la incidencia de esa obra. Cómo estaría nuestra ciudad si hubiésemos invertido todos estos recursos de los últimos 10 años en regenerar la ciudad de Madrid. Desde luego no tendríamos los problemas en muchos barrios y en muchas colonias, de los que estamos hablando, como los que tenemos ahora. Qué sería de la rehabilitación si el estado tuviera la capacidad financiera para poder anticipar esos pagos y que los usuarios, con esos créditos... Como se hacía en los años 50 cuando la gente, en los poblados dirigidos, tenía sus viviendas, y el estado les financiaba el 80% de esa vivienda, y se lo devolvían en un plazo a 50 años sin interés. Ahí estaba la administración, y ahí estaba una operación complejísima de retirada de todo el chabolismo de la periferia de Madrid, y se hizo. Es decir, cree que en este caso lo que demandan las sociedades es avanzar sobre ese modelo neoliberal que entiende a las administraciones como meros gestores, y como modelos económicos, porque además son en última instancia las que garantizan la estabilidad y la viabilidad de una operación. Porque cuando la administración se retira eso no sucede. Podemos poner un ejemplo: ¿Qué ha sucedido con los desarrollos del este? ¿qué ha ocurrido con el modelo de la junta de compensación como elemento de gestión del desarrollo urbano? Pues que la junta de compensación, que no deja de ser una retirada de la administración, de su función de urbanizar y garantizar el desarrollo urbano de determinados ámbitos, finalmente cuando llega un contexto como el actual, se ve incapaz de poder seguir con esas intervenciones y esas operaciones. Entonces, tenemos un desarrollo urbano en manos del sector privado, que está muy bien, pero que luego no demuestra la capacidad para poder llevarlo a cabo. Él lo que reivindica, más allá de que sabe que los problemas son muy complejos y de una escala y un tamaño que exigen, por supuesto, todo tipo de soluciones imaginativas, es la vuelta a una administración potente, a una administración como impulsor económico fundamental, porque si la administración no ocupa ese papel, cree que, evidentemente, estamos condenados al fracaso de este tipo de operaciones.


La colonia de El Viso nació como Cooperativa de Casas Económicas al amparo de la Ley de Casas Baratas de 1.925 para obreros y funcionarios.

El autor del proyecto fue Rafael Bergamín Gutiérez, hermano del escritor de la generación del 27 José Bergamín,
y contó con la colaboración de los arquitectos Luis Blanco-Soler y Luis Felipe Vivanco.

La Colonia se enmarcaba dentro de un estilo nuevo de urbanízación de la ciudad nacido en el siglo XX: la Ciudad Jardín.

El concepto urbanístico de las Ciudades Jardín fue fundado en Inglaterra por Sir Ebenezer Howard.
Sus conceptos sociológicos y urbanísticos aparecieron en la obra "Ciudades Jardín del Mañana", en 1.902

La Ciudad Jardín inglesa planteaba modelos de vivienda colectiva desplazados de la ciudad a la periferia más próxima,
más abierta al campo y mucho más saludable.

8. Fajardo cree que se han abierto ya muchos temas, y que entre el auditorio hay muchas personas que enriquecerían el debate con sus aportaciones. Da la palabra al público.

- El primero en intervenir se felicita por tener a dos compañeros arquitectos al frente de equipos donde antes estaban compañeros de derecho. Aunque pertenezcan a distintos espectros políticos cree que se pueden entender porque hablan el mismo lenguaje arquitectónico, y de eso se congratula. Cree que lo fundamental es que en este país el ciudadano es capaz de llevar su coche a la ITV constantemente, cuidarlo, mimarlo... pero la vivienda no la cuida desde que se la entregas. Es decir, tú terminas un bloque de viviendas y a los 9 años te demandan como arquitecto porque un sumidero de una terraza lo inunda todo, porque no lo han conservado ha pesar de que les has dado un librito de conservación. Partiendo de ahí, ya viene todo lo demás. En cuanto a los centros históricos, algo muy importante es la ley de arrendamientos urbanos. El vecino está pagando con esa ley 30 ó 40 euros de alquiler al mes, y por mucho que le digas al casero que tiene que arreglarlo, no lo va a hacer, a no ser que la administración utilice unos instrumentos como el tema del IBI, o unos préstamos blandos, y todo esto. Discrepa con José Manuel en cuanto a que la riqueza en Madrid se pueda crear sólo del sector público, que es lo que más o menos ha dicho. Está más con su compañera, más con el pequeño promotor, y sabe que el sector privado, canalizado convenientemente, es un motor de creación de riqueza en Madrid y en cualquier sitio. Canalizado correctamente, Es decir, que no sabe por qué tiene que estar reñida la rehabilitación de barrios con el sector privado de la construcción, porque la rehabilitación es todo. Es todo. Entonces ¿qué es lo que falta? ¿Financiación? Ahí es donde tiene que entrar la administración para que los bancos puedan conceder préstamos blandos, para proceder a esa rehabilitación. Por último, está el tema de las licencias en Madrid. Con las pocas licencias que se piden, porque no hay trabajo, antes podían ir a las juntas de distrito y hablar directamente con el compañero arquitecto. Ahora han puesto abajo, en cada junta de distrito, a un informador urbanístico que aunque sea compañero o no compañero, no tiene ni idea de nada. Así que ahora con tanta ADA (Agencia de Actividades, entidad de la administración pública creada al margen de las Juntas de Distrito), con tanta ECU (Entidad Colaboradora Urbanística, o una de las empresas privadas que colabora con la administración en la tramitación de Declaraciones Responsables y Licencias de actividad), se tarda más que lo que se tardaba antes, más que en la época en que había muchísimo trabajo para todos.

(Humildemente, creo que este arquitecto se excede un poco en el corporativismo del gremio, y que debería cambiar de ECU, pues hay veintitantas y, evidentemente, no todas funcionan igual. Lo digo yo, que he trabajado en dos)

- La segunda persona del público es otro arquitecto, Vicente Patón, y dice que se han abordado muchas cuestiones en poco tiempo. Él se va a fijar en un aspecto concreto, como el del uso, que se lee mucho en prensa y en otros medios. Parece que conservar el Patrimonio es poner una dificultad de uso a los edificios, y no es así. Por supuesto, los usos se pueden variar, pero se tienen que adecuar a lo que es cada edificio, en cada lugar. Y es que no se puede hacer cualquier cosa en cualquier contenedor. De hecho, en el edificio de la plaza España, al final los usos que se están pidiendo son los mismos que ofrecían en una reforma unos arquitectos, también de prestigio. Lo mismo, el centro comercial..., etc. Pero respetaban el edificio. Porque en ese momento el ayuntamiento nos obligaba a respetarlo. Con Canalejas pasó algo parecido, que los usos que se pedían para el edificio eran exactamente los mismos que se han pedido después. Quizá no se pedía un aparcamiento enorme, taladrar los cimientos... Había una serie de cosas que no se pedían, pero los usos eran los mismos, y por supuesto, a eso no nos oponíamos nadie. Sí nos oponemos a que el Palacio de la Música, que es una sala de conciertos y de cine magnífica, con una historia impresionante, se quiera transformar en una tienda de ropita o en una tienda de gourmets y tal... Pues no. ¿Por qué se tiene que meter ese uso ahí, cuando se puede meter en otros sitios? Este edificio admite estupendamente el uso de sala de conciertos, de cine... El tema del uso ya es una cuestión que ha salido casi al final, pero él, lo que quería comentar, es que, siendo muy bonito, se han dicho cosas muy interesantes, y que están muy bien, pero luego, mirando uno, la verdad es que se nos caen los edificios, los techos...


Palacio de la Música, construido por Secundino Zuazo en 1.926.
Diseñado inicialmente como sala de conciertos, al poco se comenzó a utilizar como sala de cine, pero cesó su actividad en 2.008.
Pueden leer otro intenso debate sobre este edificio aquí. Y una de las últimas propuestas para reformar el edificio aquí.

Temas que hemos visto en la prensa, que podrá estar manejada, pero que refleja la realidad, como lo que hemos visto en Canalejas, nos ha sorprendido muchísimo por el desdén hacia los ciudadanos, que nos enteramos de las cosas a toro pasado, nos enteramos de las cosas cuando ya hay un compromiso, cuando ya se ha solucionado todo en Canalejas, cuando hay cuestiones que no se pueden solucionar así, porque un Bien de Interés Cultural, además modificado y puesto a gusto de unos promotores... Eso es una cosa que jamás había pasado, pero vamos, desde que entró la democracia. Ha sido tremendo, un varapalo para todas las personas que estamos en estas cosas. ¿Y eso no tiene importancia? Pero los tribunales tienen que darle la importancia que debe tener. Porque no se puede actuar así con el Patrimonio por más que se diga que las cuestiones normativas no están bien hechas... Pero es que aquí se han hecho a la medida. Y el edificio España, pues otra cosa igual. De repente cambia la catalogación, se cambia todo, nos enteramos a toro pasado... Eso con el consistorio anterior, y esperamos que los que están ahora apliquen medidas justas a esta situación, que inviertan la situación de catalogación del edificio, porque más que nos guste o nos deje de gustar, es un edificio histórico de la ciudad, que también ese equipo de arquitectos que iba a haber venido lo solucionaba perfectamente, pero vienen unos empresario chinos y no sabemos por qué, de repente, cambia todo. Osea, que hay cuestiones que no nos gustan cómo se están tratando, y esperamos que cambien esa política, esa forma de hacer. No solamente decir cosas estupendas y planes estupendos, sino hacerlos cuando estamos a tiempo. Otro tema, que no sabemos lo que va a pasar, y estamos asustados con él, es el del frontón Beti Jai, que están hablando por ahí de dárselo a un gran arquitecto, como es Sir Norman Foster, para que haga su museo al lado de su palacio. Si llega eso a buen puerto nos lanzamos ya a la calle, como en la comuna de París.


La polémica manzana de Canalejas, que sigue dando mucho juego a la opinión crítica.

Manzana de Canalejas, desde la calle Sevilla.

- Una tercera participante lanza una pregunta: ¿Qué tipo de expertos creéis que realmente deberían formar las Comisiones de Patrimonio? Y una sugerencia: Es verdad que todo es una cuestión de dinero, pero también cree que es una cuestión de creatividad, y muchas veces los problemas se solucionan con creatividad. Cree que Madrid es una ciudad, por lo que conoce en relación con Barcelona o con otras ciudades, bastante macarra en el sentido de que hay mucha ignorancia, y no se respeta nada en Patrimonio, incluso edificios de infravivienda, como están diciendo, más allá de la primera fachada del centro histórico. Sugiere una idea, que igual que hacemos campañas para concienciar sobre el reciclaje, por qué no hacemos campañas con el lema "cuida tu edificio". Porque ella está de acuerdo con lo que ha dicho Linazasoro, que si yo me gasto dinero en ropa, o en un coche, o en un viaje, porque me gusta mucho viajar, si tuviera más conciencia, porque los políticos le hacen tener esa conciencia, aunque no tenga dinero para poner un ascensor ni para rehabilitar, está convencida de que un poquito sí que intentaría ahorrar. Cree que pasa eso, que siempre estamos pidiendo ayuda económica a las admistraciones, pero ninguna administración es millonaria para hacer tantas cosas.

9. Fajardo está de acuerdo en que el proceso que parece seguir nuestro país es el de esa filosofía anglosajona, en la que todo lo que tenga que ver con la cultura está más en manos de la iniciativa privada que de la pública. Efectivamente, han sacado el tema aquí, han traído a una persona del Ministerio de Economía y Hacienda para hablar de esa tan esperada ley de mecenazgo. Seguimos esperando a Godot y no llega. Entiende que podría ser una forma de buscar ese relevo en la sociedad civil, una sociedad civil poco o mal organizada, que pudiera tomar ese testigo, a través de una ley que permitiera hacer de cada ciudadano una persona responsable y partícipe de la rehabilitación del Patrimonio. Pero ese sería un proceso que tomaría muchos años, evidentemente eso no se improvisa, y se conformaría con que siguiéramos en esa línea, pero es consciente de que no va a ser fácil. Cree que hay que buscar el diálogo desde la imaginación, fórmulas imaginativas y creativas de rentabilizar el Patrimonio. Está de acuerdo en lo que ha dicho Vicente Patón, en el sentido de que la preauditación del Patrimonio no es una destrucción del Patrimonio, o su utilización a cualquier precio. Precisamente el quid de la cuestión consiste, precisamente, en buscar aquellos usos que, no siendo los originales, pueden ser compatibles con las viejas estructuras, algo que no tenga que meterse con forceps. Y, en ese sentido, lo que hay que esperar de las nuevas administraciones surgidas de las elecciones de mayo pasado, es que estén en esa sintonía que permita seguir hablando de este proceso.

P. Sobrini dice que la ley de mecenazgo no salió porque no sabían si competía a Cultura o a Hacienda, y hubo un problema entre ellos, que yo por ti, que tú por mi... Y al final no sabe lo que pasó con esa ley. Quiere referirse a lo que ha dicho a última interviniente, de concienciar a los ciudadanos de que tienen una escalera bonita, que tiene una barandilla que vale, una calle que es importante, que conozcan su Patrimonio y que lo respeten. Ella recuerda que, cuando conoció Quito, le sorprendió la calidad de la arquitectura de todo el centro de Quito, no se lo esperaba. Y le contaron: "es que cuando todas las capitales de América estaban haciendo grandes obras y tirando de todo, porque tenían mucho dinero, nosotros no teníamos un duro y no hicimos nada, y ahora que ya tenemos dinero, lo que también tenemos es cultura, y lo estamos haciendo de otra manera, porque eso también es cultura". Y piensa que es cierto, que a lo mejor sí que podrían, desde las administraciones, intentar decirles a los que nos mandan que hagan algún tipo de campaña, igual que se hace lo de abre el grifo y cierra el grifo, que no tenemos agua y todo eso..., pues también explicar lo bonito que es una ciudad, y unos edificios, los parques... Respecto a la composición de las Comisiones de Patrimonio, va a decir una cosa que no es muy correcta, porque ella decía lo mismo que la interviniente. Y resulta que ha conocido a técnicos en estas Comisiones que llevan muchos años trabajando en temas de Patrimonio, que conocen perfectamente bien todas las cuestiones de Patrimonio, de hecho están aquí presentes algunos Y francamente, son independientes, porque son técnicos, son funcionarios, y les da igual quién esté gobernando, ellos hacen su trabajo. Y también ha visto, sin embargo, gente maravillosa, muy profesional, que les han pagado por hacer un informe, y lo hacen de parte. Entonces, al final, quizá es alguien mucho más académico, resulta que el técnico, que es un funcionario, que ni es famoso ni divino, está trabajando como agregado, entonces...

- Paloma, pero yo pienso que si una Comisión la están formando muchas personas, ¿no? Porque yo creo que son 6, 7 y 8 personas...

P. Sobrini: Y 12.

- O 12 personas. Por qué, si hay 12 personas, necesitan encargar un informe externo, a mí no me entra en la cabeza.

P. Sobrini: Se hace. Lo hemos visto.

- Pero esas 12 personas deberían conocer el valor histórico, artístico, ornamental...

J.M. Calvo: La normativa lo permite y en determinados casos puede ser conveniente hacer una consulta externa. No es obligatorio, puede ser conveniente en determinados casos, sobre todo para verificar que, evidentemente, el diagnóstico de los técnicos de la administración sea correcto. Le gustaría señalar varias cuestiones que se han apuntado, aunque sea muy de pasada. En ningún momento ha dicho, ni defenderá, que el sector público es el único capaz de generar riqueza, y si lo ha dicho rectifica. Lo que dice es que en contextos de crisis, lo estamos viendo, evidentemente si el sector privado no es capaz de arrancar y de salir de esta situación, en este contexto de crisis es imprescindible la implicación y la inversión pública para poder superar esta situación. Esto cree que está más que demostrado a lo largo de todo el siglo XX. Ellos con los bancos se llevan fenomenal. La alcaldesa se ha sentado con los grandes banqueros de este país y les ha dicho: Vamos a ver, vosotros tenéis viviendas. En muchos casos, además, sois morosos, no pagáis las comunidades, tenéis el peligro de la okupación, que os preocupa mucho... Bien, pues si vosotros tenéis viviendas y hay mucha gente con necesidad de viviendas, vamos a coordinar esos recursos. Y nos puede decir que, cuando se decía que esto no era posible, que no era una cosa que estuviera dentro del marco de posibilidad, hoy, cuando hay un problema, cuando hay una persona que ha sido desahuciada, directamente los bancos llaman al SAREB (Sociedad de gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria, más conocido como banco malo) y dicen, tengo tantas viviendas, y las tengo a vuestra disposición. Creo que eso ha sido un avance fundamental, pero desde la amabilidad con el sector bancario, no ha hecho falta hacerles ni bien ni mal, no se les ha dado más que cariño por parte de la alcaldesa... En cuanto a las licencias, como sabemos, hubo un problema con las Juntas de Distrito, ahí aparece la llamada operación Guateque, y se decide por parte de la corporación anterior cambiar el modelo de licencias. Cree que el modelo de la Declaracíón Responsable, hacia el que tiene sus reservas, es un modelo útil y que, lógicamente, permite anticipar la bondad de la intervención, y posteriormente supervisar que eso es así. El problema de la Declaración Responsable es cuando no se establece, como ocurre en la Comunidad de Madrid, un límite de superficie. Es decir, cree que ese procedimiento es un instrumento perfectamente viable para abrir una zapatería, un pequeño comercio, una tienda de lo que sea. No le parece razonable que se utilice la Declaración Responsable para abrir un centro comercial de 47.000 m2, como el que se está construyendo en Madrid Río, y ahí sí que son críticos y cree que la administración sí que debe blindarse y garantizar que se cumplen todos los requisitos que se establezcan. En cuanto a lo que se ha planteado de Canalejas y Plaza de España, son dos casos en los que esta administración se encuentra en marcha. En Canalejas, cuando llega su administración, hay un agujero, un problema de movilidad enorme, un problema de accesibilidad, un problema de afección al entorno y al contexto del edificio que hay que resolver, evidentemente. Si él abordara de partida los dos proyectos, es posible que no los hubiera planteado en los términos en los que están planteados, pero cuando uno llega de nuevo se encuentra con una realidad que tiene que resolver, y en Canalejas no se han resuelto los problemas, que él sepa. Hay unos procesos judiciales y tendrán que ser los jueces, y los afectados, los que decidan en qué línea acaba eso. El acuerdo que se ha alcanzado en este caso, por parte de las dos Administraciones, con el Colegio de Arquitectos, la Comisión, con la empresa, etcétera, ha sido una viabilidad volumétrica, una viabilidad técnica al proyecto, al proyecto. Esto no quiere decir que todos aquellos procesos en los que está inmerso este proyecto se tengan que resolver por la vía que corresponda, evidentemente, En cuanto a los tipos de especialistas, coincide absolutamente con lo que planteaba Paloma. Cree que el modelo de Comisión, con el que él también tenía bastante poca confianza antes de conocerlo, es relativamente solvente. Es decir, hay técnicos de la administración que se han especializado en estos temas. Hay gente invitada a nivel especialista por parte del Colegio de Arquitectos, por parte de la Escuela, etcétera, y luego están los responsables políticos que, evidentemente, también tienen que demostrar sus criterios a la hora de abordar los proyectos. Sí que cree que están suficientemente blindadas estas Comisiones como para garantizar unos resultados solventes, siempre que se cumplan estos requisitos. ¿Que ha podido haber mala praxis en algún caso?  No lo pone en duda, está convencido de que así puede ser. ¿Que ha podido haber presiones en determinado momento? Pues seguramente también, pero está convencido de que los técnicos de la administración son mucho más inmunes a la presión o a los intentos de modificar su criterio que cualquier especialista externo. Y luego, no quiere volver al caso del edificio de Plaza España, pero había no sabe cuántos informes que acreditaban que la fachada no se podía mantener, y cuando ellos han pedido informes a sus especialistas, dos personas de reconocido prestigio, Ricardo Aroca y Hugo Corres, resulta que plantean que es perfectamente viable mantener la fachada y que hay una solución para mantenerla. ¿Quién tiene la razón, los técnicos, grandes especialistas de estudios de ingeniería, de estudios de arquitectura que avalaban que esto no era viable, o catedráticos de ingeniería de Caminos o de Arquitectura que plantean lo contrario? Cree que, siempre que alguien informa, está mucho más condicionado por la parte que le paga el informe que los técnicos de la administración, que no dejan de ser personas asépticas al caso, y lo único que hacen es aportar su criterio con mayor o menor acierto. Y lo de las campañas, precisamente en el ayuntamiento de Madrid se ha aprobado, dentro de la campaña de las ITE, que se hagan campañas de concienciación de la necesidad de mantener nuestros edificios. Es verdad que tenemos esa conciencia de mantener el coche, de mantener otro tipo de bienes, y que con los edificios damos por hecho que nos compramos la casa y que en los próximos 20 años no hay que tocar nada o hacer alguna reforma. Hay que mantener los edificios y, evidentemente, las administraciones ahí tienen que jugar un papel de nuevo impulsor para ir poco a poco generando conciencia ciudadana, igual que para mantener limpias las calles, e igual que para otro tipo de cuestiones.




- Otro interviniente. Se llama Diego, y se dirije primero a J. M. Calvo: No has dicho que el sector público vaya a ser más eficiente, pero sí que has dicho que abogas por una mayor representación o importancia de la administración pública. Una apreciación respecto a eso, y es que nadie me garantiza a mí que la administración pública vaya a ser más eficaz o vaya a poner más medios que un ente privado. Lo que tenemos que hacer es permitir o facilitar las cosas a la gente que tiene ideas, y facilitar muchas cosas en ese respecto. La administración pública, por supuesto, tiene un papel importante, pero sobre todo, lo que hace falta, y lo digo yo que estoy emprendiendo ahora, es facilidad, una facilidad que ahora mismo no existe. Porque hay gente con muchas ideas y se están yendo todos, menos algunos que estamos aquí haciendo lo que podemos. Pero bueno, yo tengo una pregunta concreta. Habéis hablado de la sensibilidad, respecto de los empresarios o promotores. Pero claro, a mi enseguida me ha surgido una pregunta. ¿Quién educa, o quién enseña a esos empresarios o promotores a tener ea sensibilidad? Se supone que el empresario tiene un fin. ¿No se supone que tiene que ponerse en manos de arquitectos o de alguien que le diga pues bueno, esto no es así? ¿O es que quizá la sensibilidad no está entre nosotros, y quizá hace falta más educación?

M. Torres: Yo creo que hay dos vertientes para conseguir ese objetivo. Una es evidente, que es el colegio de tu infancia y la familia, que es el caldo de cultivo, y otra es la justicia. Yo he vivido muchos años en Barcelona y, cuando llegué allí, y entonces fui a comprar unas cosas, dejé el coche en segunda fila. No, no era ni en segunda fila, era en un chaflán de estas manzanas que hay en el Eixample. Bueno, pues a los dos segundos estaba montado en una grúa. Por más que supliqué, no me bajaron el coche. No volví jamás a aparcar donde no debía. Y vamos, no me considero muy incivilizada, pero estaba acostumbrada a dejar el coche en Madrid, en cualquier lado, cinco minutitos. Las leyes están para cumplirlas, todos por igual, y las administraciones tienen que garantizar que eso es así, igual para todos. Y entonces ya verás como dejamos todos de ser tan insensibles cuando nos toca. Porque muchos son sensibles cuando les interesa, y muy insensibles cuando no les interesa. Y entonces muchos critican, mira lo que ha hecho este, y cuando le llega el momento a él de pagar lo hace de otra manera, y peor. Yo sigo insistiendo en el mismo punto, o pan para todos, o caviar para todos. Pero para todos. Y entonces ya, lo que no nos enseñen en el cole lo vamos a aprender de otra manera, pero nos portaremos muchísimo mejor. Y el que no sea sensible, pues terminará haciendo las cosas bien.

J.I. Linazasoro: Hay una cuestión en esto que yo creo que es importante. Hace poco yo tuve una experiencia en un edificio que he construido, pero no voy a decir dónde. Se organizó una visita guiada a este edificio por parte de una institución que normalmente se dedica a visitar edificios, edificios históricos antiguos, no modernos. Entonces a mí me sorprendió muchísimo, porque los criterios de valoración eran todos de tipo funcional. ¿Pero este suelo, por qué lo han hecho así? ¿Pero esto aquí resbala o qué sucede? Y a mí me daban ganas de preguntarla, pero vamos a ver, señora, usted cuando va a visitar una catedral, pregunta realmente si el suelo se resbala o si hace no sé qué? Es decir, hay un problema de formación sobre el tema de la arquitectura moderna. Así como el arte moderno la mayoría de la gente no lo entiende, pero lo respeta, porque para eso están los museos de arte moderno, el Reina Sofía, la gente va a ver exposiciones de las que no entiende nada, pero bueno, va, y lo respeta..., La arquitectura no se respeta. La arquitectura se considera como un bien funcional. Y entonces, por eso, no considera que debe tener unos valores culturales. ¿Dónde está la responsabilidad de eso? Posiblemente está en la escuela, la formación, y todo esto. En un país donde tenemos una enseñanza media de las peores de Europa, de las más incultas, donde ya se ha quitado la filosofía, la historia del arte hace ya no sé cuántos años... Cuando nosotros estudiábamos en el colegio, aunque muy poquito, ya se estudiaba menos historia del arte que en Italia, por ejemplo, pero es que ya no se da nada, y entonces es lógico que no haya una formación. Y luego, también es verdad, que los arquitectos tenemos una profesión bastante endogámica, no buscamos una proyección hacia el exterior, ni transmitir nuestros criterios hacia el exterior, entonces, de alguna manera, también nos lo comemos y nos lo bebemos entre nosotros y al final la gente no se entera de nada. Y eso es un problema. Los criterios de valor que la gente tiene, sobre todo de la arquitectura moderna, la de uso, no de monumento, la de una catedral y eso, son criterios muy convencionales. Y entonces, si uno quiere cambiar la carpintería y le venden que el PVC es más barato que una carpintería de madera... Y no se preocupa de que la fachada tenga una carpintería que sea por una parte de PVC, otra que sea de aluminio, otra de madera... y al final el conjunto es un caos, que es lo que vemos en todas las ciudades. Y por eso yo creo que, en este país, de una cultura media bastante baja, sobre todo en estos temas, la administración tiene la responsabilidad de intervenir, de sentar unos criterios. Porque es una cuestión subsidiaria. Es decir, yo creo que, evidentemente, al final la gente tendría que tener consciencia de todos esos problemas y actuar si tuviera una cultura. Pero como no existe eso, yo creo que la administración tiene la responsabilidad de actuar subsidiariamente y, de alguna manera, impedir que esas cosas se realicen. No queda más remedio. No estamos en un país donde las cosas se solucionan de otra manera.


¿Qué tal si dejamos de poner contraventanas de perfilería de aluminio en  fachadas como ésta?

P. Sobrini dice que se lleva muy bien con José Manuel, pero que con lo de la intervención pública, no ha visto más catálogo de absurdeces que las del Plan E. Era intervención pública, el dinero público, pero al final... En fin, que cree que, como dice Diego, el último interviniente, la iniciativa privada, puesta a trabajar, y puesta con ilusión, puede dar mucho más rendimiento que la pública.

- Diego: Pero yo quiero también que me dejen hacer las cosas, que no me digan cómo hacerlas, no me infantilices...

P. Sobrini: Le ha parecido muy bien lo que ha dicho Linazasoro de la Escuela de Arquitectura, que proponía el trabajo de dar a pensar a los chicos cómo tienen que tratar una rehabilitación, le parece una colaboración bárbara. Sobre la Declaración Responsable, que se ha comentado antes, que para cosas pequeñas está muy bien, pero resulta que están llegando a la Comisión de Patrimonio obritas pequeñas que se tramitan por Declaración Responsable. Vale, estupendo. Pero después resulta que llega uno, y hace un local en el centro con las ventanas verdes, como vio el otro día. Y en la Comisión le decían que las ponga marrones. Y ella preguntaba, ¿pero está publicado en algún sitio al que tengan acceso los arquitectos, los aparejadores, los ciudadanos... que tengan que ser marrones, marrones o de otro color? Pues no, no está. Entonces, si no damos antes esos criterios, pero los damos y los publicamos, y dejamos hacer lo que quieran con una Declaración Responsable, y luego les decimos a todo pasado, ya legalizado, que eso no es lo que hay que hacer, porque no se lo hemos dicho nunca, o no están publicadas esas directrices, entonces también estamos engañando. ¿Cómo van a estar pagando los ciudadanos que ahora pongo una ventana, que ahora este me dice que no, que si ahora la pongo así, que si la pongo asá...?

(Tengo que decir aquí que esos criterios sí que existen, y están publicados, en la ciudad de Madrid, a través de la Instrucción 4/2012 relativa a los Criterios Generales de la Comisión para la Protección del Patrimonio Histórico, Artístico y Natural (CPPHAN), aunque la competente en los Bienes de Interés Cultural de la ciudad, que incluyen todo el casco más antiguo de la ciudad, denominado Cerca y Arrabal de Felipe II, no es la CPPHAN, sino la Comisión Local de Patrimonio Histórico (CLPH), dependiente de la Comunidad de Madrid. Esta última Comisión, la que dirige Paloma Sobrini, no ha publicado sus criterios, aunque no suelen estar alejados de los de la CPPHAN. 
Sobre las carpinterías exteriores de los huecos de fachada, el criterio publicado de la CPPHAN es que su sustitución, a excepción de los de la planta baja, se realizará con el mismo diseño, despiece, escuadrías, materiales, colores y retranqueo que las del modelo original del inmueble. En los huecos de locales ubicados en planta baja se admiten carpinterías en materiales, diseño, escuadrías y colores diferentes a las de las plantas superiores)

- Otro interviniente: Enrique Bardají. Le parece interesantísimo todo el debate que se está suscitando. Él quería poner el énfasis sobre algún aspecto que le parece relevante, y es el de la recuperación de la ciudad consolidada, en última instancia, en todos sus órdenes. Y el énfasis lo quiere plantear sobre la necesidad de no hablar, y no actuar sobre todo, de una manera demasiado global en relación con todos los problemas que la ciudad tiene. Por ejemplo, cuando se habla de recuperar determinados barrios, es evidente que no es lo mismo la periferia que el centro histórico, que los ensanches, que los poblados anexionados en su momento, en el caso de Madrid. Y por eso es importante que, cuando se plantean este tipo de intervenciones por parte de las administraciones y, personalmente él considera que, no sólo legalmente, sino que además, por la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos, es im-pres-cin-di-ble la acción pública en el planeamiento y en la intervención en la ciudad, cuando se plantea eso también se deben superar determinados obstáculos que en estos momentos existen para intervenir, también en las zonas periféricas. Por ejemplo, hay que poner ascensores. Claro, se ha reducido extraordinariamente la cuantía de la subvención para los ascensores. Pero además, los ámbitos en donde se han de colocar los ascensores, en muchos casos, son zonas verdes, zonas verdes que para modificar su calificación exigen incluso informe del Consejo Consultivo, que por cierto, como va a desaparecer, tendrá que ir al consejo de estado. Bien, todas esas cosas son las que quería poner de manifiesto en relación con la importancia de la normativa. Bien. Revisar el Plan General. Él siempre ha sido partidario de que el Plan General no puede tener los componentes de detalle y de concreción que lo hacen absolutamente inviable y un elemento extraordinariamente mastodóntico, pero desde luego, algunos elementos no pueden seguir continuando en esta ciudad, y se refiere a la normativa, y en concreto a la normativa de la ciudad consolidada. Los ensanches modernos, las periferias del ensanche del este, la ampliación de la Castellana, etc., son otro tema, que se resolverá en su momento. Pero en este momento la realidad es que la normativa urbanística que se deriva del Plan General del 97 y las sucesivas modificaciones que se han ido produciendo, e interpretaciones, por ejemplo, entráis en la normativa urbanística y en cualquier página veis: Interpretación 495, Interpretación 758... Bien. La normativa urbanística de intervención en la ciudad, para mejorarla energéticamente, para mejorarla en términos de accesibilidad, para proteger lo que debe ser protegido, es en estos momentos una caverna inexcrutable, que hace imposible, absolutamente, no ya el tema de intervenciones en edificios relevantes, que tiene que ser sometido a todos los controles y a todos los criterios culturales, sino el ejercicio normal de la actividad constructiva en la ciudad, en el caserío común, que conforma, también, la imagen de la ciudad, y su tradición, y sus características. En estos momentos, creo que para todos, los emprendedores, los técnicos, para la persona que quiere, sencillamente, en la comunidad de propietarios mejorar las condiciones del ascensor, es en estos momentos un mundo sometido a la imposible determinación de si se puede poner un uso, si no se puede poner un uso... Insiste, no lo está diciendo en términos de los grandes planteamientos sobre edificios que todos tenemos en mente y se han mencionado aquí. Y por eso le parece que es importante el tener esa posibilidad de que tratemos de mejorar las condiciones de una normativa que por su propia configuración de interpretaciones sucesivas, por modificaciones legales adicionales, por la ley 8/2013, etcétera, en estos momentos se hace inexcrutable para el mundo de la intervención, y por lo tanto, imposible abordar lo que debería abordarse con toda claridad, que es la regeneración de la ciudad consolidada. Se podría extender un poco más, pero prefiere no hacerlo.

- El siguiente interviniente del público está de acuerdo con una cosa que ha dicho Linazasoro, sobre las bondades que tienen los agentes de asociación pública, las asociaciones, para llegar a mejores resultados. Echa de menos que no haya una persona invitada que represente, precisamente, el mundo de las asociaciones civiles, cívicas, que no tienen ningún interés, de la administración por resolver la gestión, ni de una actividad empresarial por los intereses económicos. Le produce una reflexión el título del encuentro, "Madrid y Patrimonio, hacia una recuperación sostenible", porque estamos hablando de recuperar, pero recuperar qué, después de una crisis. Resulta que se habla de la flexibilización en las leyes para permitir una mayor acción constructiva, cuando resulta que la crisis ha venido de la mano de la burbuja inmobiliaria. Le preocupa que, precisamente, estemos hablando de relajar los controles sobre el sector que ha provocado la crisis. Cree que es un momento de máxima atención. Respecto a lo que decía Marta al principio sobre agilizar, que no hay que simplificar la normativa, que hay que agilizarla, por falta de tiempo, al final el problema es que agilizar o simplificar la normativa acaban siendo sinónimos. Es que es muy fácil, es una autoprofecía realizada, llegar a un gobierno, y decir pues no voy a hacer nada, para que todo sea profundamente ineficaz. Es muy fácil no hacer nada, y entonces, cuando no se hace nada, se vuelve ineficaz. Entonces, esa eficacia de la administración sí se puede garantizar. Si no es eficaz habrá que buscar una que lo sea. No puede ser que llegue un grupo político a gobernar una administración y pemita la ineficacia. El problema no son las leyes, es la gestión. No vale decir qué malo es lo público, no creo en lo público, ahora, cuando yo llegue a gobernar lo público no voy a hacer nada para demostrar que, efectivamente, lo público no funciona. Respecto a los usos del Patrimonio, es injusto decir que en la ciudad no funcionan las cosas. Cree que todo funciona. El hecho de que la ciudad funciona es porque está habitada, porque los habitantes hacen que funcione, y las leyes, lo que hacen, es regular, precisamente, ese correcto funcionamiento. Y si lo que estamos viendo es que Madrid se está putrificando, es porque no están funcionando, precisamente, las leyes que hay. Tendría que haber una ética política que hiciera que esas leyes funcionasen. Se ha dicho que el Wanda no sabía dónde se metía, y ahora hay que hacerle cumplir la ley. Pero luego, por otra parte, se reconoce que los promotores intentan evadir la legalidad. Entonces, ¿no se puede decir, sobre las ventanas con carpintería de madera, que usted no sabía dónde se metía cuando iba a Gran Vía 11? Es más de lo mismo. La iniciativa privada es generadora de riqueza, se ha dicho, y la administración no, o no lo garantiza. Es curioso que lo bancos, que son, per sé, los creadores de riqueza, porque no construyen nada, sino que mueven las masas de dinero, para generar intereses, resulta que, cuando se hunden, ¿quién los rescata? ¿Ah? La administración. Papá estado. Es decir, que el estado es el que, en el fondo, tiene una capacidad..., bueno, y es que sólo hay que ver el presupuesto que maneja, es la entidad más poderosa, por encima de cualquier banco. Y entonces, en una sociedad destruida, con esa burbuja, se consienta ahora relajar las leyes, o llegar a acuerdos que no buscan que la ciudad tenga un sentido propio... Le parece increíble que luego surjan todas estas cuestiones de que Madrid se está relajando en turismo, nos preocupa la caída... Es sintomático, pero sólo hay que ver cómo la ciudad ha derivado estos últimos años.

-  El siguiente en intervenir comenta que, en efecto, el tema es extenso. Se ha avanzado por muchos cauces y se han visto muchas cosas que podrían discutirse una a una. Hay cuestiones, como la de la crisis, de la que se quiere ocupar. Se plantea siempre, en estos debates, cuál es el problema de partida. Alguien lo ha dicho cuando hacía su discurso. El problema del Patrimonio es que no existe ese problema. El Patrimonio, en un 99%, está en uso, y sirve para lo que se construyó, en buena medida. En Madrid tenemos teatros antiguos que siguen siendo teatros, tenemos viviendas que siguen siendo viviendas, y tenemos muchísimo, y el 99% del casco histórico está bien. El único problema que tenemos son unos cuantos promotores inmobiliarios que han hecho determinadas operaciones y que tienen una ambición tan grande que no corresponde con los edificios que poseen, y que quieren llevarlos a unos terrenos que no pueden usar. Lo que tenemos es una serie de operaciones, como la del que quiere transformar el Palacio de la Música en una tienda de Mango, el que quiere transformar el Beti-Jai en un museo, el que quiere transformar 7 edificios de oficinas, demoliéndolos, en un hotel ultramoderno, con un gran patio central. Claro, es que si lo que queremos hacer es un Zaha Hadid en la Alhambra, la Alhambra es un problema, pero la Alhambra no es un problema si no hacemos un Zaha Hadid. Pues en este caso estamos con este problema en la operación Canalejas. Lo primero es decir que este debate, hasta cierto punto, es falso. Este debate lo crean unos cuantos promotores que quieren tirar el edificio España, quieren edificar otros edificios y quieren hacer una serie de cosas pero, eso sí, esos edificios para su uso construido, o para un uso que admitan, no tienen ningún problema. Otro tema de los que se ha hablado es lo que ha dicho Marta. A él le ha parecido bien lo que ha dicho de que no se pueden simplificar las leyes, realmente el tema es tan complejo que no se puede simplificar, porque cada edificio es único y cada uno va a tener una casuística, con lo cual, no se puede. Si hay que agilizar la administración, eso quiere decir tener más personal, más cualificado y más eficiente. Cuando llegas a una administración donde están todas las mesas atestadas de expedientes atrasados, es imposible que las cosas funcionen, pero eso se resuelve metiendo más personal, haciendo que la administración funcione, no cambiando las leyes. Sí que discrepa, sin embargo, de lo que se ha dicho sobre el riesgo del promotor. Vamos a ver, los promotores siempre tienen riesgo. cualquier negocio tiene riesgo. Pero en Madrid, en Madrid  y en toda España, no hemos tenido ni un problema por el Patrimonio. En el centro de Madrid no hay edificios a medio rehabilitar o abandonados. Sin embargo, tenemos una burbuja inmobiliaria creada por la nueva construcción. Este país ha entrado en crisis por la construcción de miles y miles de edificios, nuevos, sin ninguna normativa de protección, sin ninguna legislación técnica, sin Comisiones de Patrimonio, sin consejos reguladores, y sin embargo los promotores la han pifiado y se han metido en un agujero que ha hundido a todo el país. Osea, que el problema no viene del Patrimonio, que posiblemente sea lo único que ha resistido. Los pisos en el centro de la ciudad se han vendido, son pisos de alto valor económico, y todas las promociones se han terminado lo que dice que el problema no viene de las leyes de conservación, sino del negocio en el que te metes. En este sentido, quiere decir otra cosa. Se ha hablado de operaciones de vaciado de manzanas en Lavapiés, de esponjar, mejorar la sanidad...


Fachadas de la calle de Lavapiés

Hay que tener en cuenta que estamos hablando de Patrimonio, y que estamos hablando de un planteamiento muy viejo, y es que esas casas son inhabitables, pero eso es un enfoque del siglo XIX. Entonces se creía que la tuberculosis venía de esas casas sin ventilación, de esos patios oscuros y de esas corralas, y se crearon sanatorios para tuberculosos. Bastó dotarles de luz eléctrica, de agua, de electricidad, de saneamiento, y bastó que se descubrieran los antibióticos para tratar la tuberculosis y ésta desapareció. Esas casas del centro son habitables. Con que tengas una puerta, una ventana y un saneamiento y un agua en condiciones tú puedes vivir. Y la ventaja que tiene tener esas casas y esas corralas, es que permite que gente de baja condición económica pueda seguir habitando el centro. Si vaciamos esas manzanas, si construimos pisos estupendos, que sin duda es lo que quieren los promotores, dando al exterior, maravillosos, de 100 m2, asegura que toda la población media y toda la población baja va a tener que abandonar el centro de la ciudad, se va a producir una gentrificación absoluta, y vamos a hacer pisos para millonarios extranjeros que van a tener aquí su piso para cuando vienen a Madrid. Osea, que ese tema es muy peligroso, desde muchos puntos de vista. No sólo desde la destrucción Patrimonial, que podría ser terrible, sino que hay que hay que asumir que las corralas son perfectamente habitables. De hecho, en este país hay dos viviendas de lujo que tienen luz cenital, y son dos de 200 m2, y son de gente con muchísimo dinero. No tengamos ese criterio anticuado de que si no tiene luz y no tiene ventilación es inhabitable, eso es una tontería del siglo XIX. Una casa puede ser perfectamente habitable sin habitaciones que den al exterior. Ese es uno de los temas. También quiere hablar de otro tema, que le ha parecido muy grave, y es el de la manzana de Canalejas. Le parece que se ha cerrado en falso, de un modo peligrosísimo. Aquí hemos oído hablar de que las leyes hay que cumplirlas, y resulta que en Canalejas, lo que tenemos, es un delito porque un promotor inmobiliario ha demolido dos Bienes de Interés Cultural declarados, cuando toda la normativa lo prohíbe. Las normas urbanísticas dicen que sólo se pueden demoler si hay declaración de ruina, algo que no era el caso, cuando la norma y la ley de Patrimonio dice exactamente lo mismo, tanto la ley estatal como la autonómica, y cuando incluso la Constitución considera expolio la destrucción de un Bien de Interés Cultural. Y lo que es increíble es que, a ese presunto delincuente, las administraciones le acogen, amparan su delito, se hacen cómplices de él, y pretenden autorizar una obra absolutamente ilegal. Incluso se ha dicho que se pierde una de las plazas de aparcamiento, y sólo se permite uno de los tramos. Es que las normas urbanísticas prohíben simular un aparcamiento a los edificios, lo prohíben expresamente. Prohíben las ampliaciones en altura, no vale que se retranqueen, es que están prohibidas, y las autoridades no tienen ni siquiera potestad para saltarse la ley, la administración sólo tiene poder para hacerla ejecutar. No es cuestión de las autoridades intervenir o interpretar. Las interpretaciones las harán los jueces, y los otros no tienen más remedio que aplicar la ley, y la ley está clarísima. Dice que en esos casos hay que obligar a la reconstrucción, que se puede expropiar incluso, y que la multa irá de 1 a 4 veces el valor del bien destruido. Y eso es lo que tenían que haber hecho las administraciones, reunirse con el promotor y decirle, señor, ha cometido usted un delito gravísimo, y nuestras normas urbanísticas, y la ley de Patrimonio, dicen que en esta ocasión podemos ponerle esta multa, incluso le podemos expropiar los solares. Se puede llegar a la expropiación de los solares. Tenían que haberse puesto duros, porque lo que se ha hecho es abrir la veda a que cualquier propiedad privada que rehabilite, no ya un edificio con catalogación singular, o estructural, o parcial, un Bien de Interés Cultural, un edificio histórico, lo deje vacío, y luego se diga que hay que edificar encima del hoyo, pues entonces vamos a permitirte construir, vamos a ver qué te autorizamos. Esto no puede ser, sinceramente. Muchas gracias.


El agujero de la manzana de Canalejas, a través de los huecos de las vallas de obra.



- Otro interviniente se pregunta quién decide lo que se protege, siempre ha tenido esa duda, quién hace eso. Lo que sí le alegra es lo que ha dicho la directora, de que se van a empezar a proteger edificios recientes. Por que, evidentemente, en 20 años no se ha protegido absolutamente nada en la ciudad. Quizá ha habido casos paradójicos que todos hemos lamentado. Y luego hay otra cosa que le preocupa, y es qué factores políticos influyen en la desprotección del Patrimonio. Él es funcionario, y está fuera del mercado hace muchísimos años, pero de lo que sí se ha dado cuenta es de que los políticos influyen notablemente en las decisiones de los funcionarios, a pesar de lo que se ha dicho antes. Evidentemente, no todos se han dejado, pero sí hay algunos más genuflexos que sí se han dejado, y de ahí vienen los problemas. Entonces, otra cosa que le preocupa es que, si nada ha ocurrido en un edificio en un momento dado, qué se hace para que se cambie su nivel de catalogación. Pone el ejemplo de un bosque. Si hay un bosque protegido, y lo que le pasa es que está sucio, lleno de maleza, como está en mal estado y no se limpia, nadie dice: vamos a talar el bosque. Pues eso es lo que está pasando muchas veces en la edificación. Que un edificio esté abandonado y lleno de polvo no es una razón para desprotegerlo. Por ejemplo, hay muchas veces que ve desprotecciones que todavía no ha entendido por qué ni cómo se hacen, porque según la ley de Patrimonio no se puede hacer. No hace más reflexiones.

- Una señora dice que el hecho de ser de las últimas en intervenir le ha permitido escuchar muchas opiniones enriquecedoras. Ella no es de Madrid, pero vive aquí desde hace más de cuarenta años, y desde el momento en que se bajó del tren se dijo: cómo me gusta esto. Así fue, pero cada vez le gusta menos. Cree que esto lleva una trayectoria imparable de perder una identidad, y a preocuparse escasamente o nada de los ciudadanos de clase media y de clase baja que vivían en el centro de Madrid. Todo eso se ha dejado en aras de tiendas. Ella ha conocido la calle Fuencarral llena de cines, y no le vale de nada que ahora le digan que todavía hay teatros y cines que hacen su función. Antes era otra cosa. Ahora resulta que la Gran Vía o el barrio de Salamanca son exactamente igual que cualquier otra ciudad europea, llena de multinacionales y hoteles. Aquí también ha habido unos debates, en este ciclo o en el anterior, sobre turismo, y la incidencia del turismo en el Patrimonio, y ella, mucho se teme, que al final vamos a acabar como Lisboa o como Oporto, que es una desdicha porque cada casa o cada portal es un hotel de cinco estrellas, y multinacionales, tiendas de tipo multinacionales que puedes encontrar en cualquier ciudad de Europa. A ella le gustaría más que se intentase proteger al ciudadano que siempre ha vivido en el centro de Madrid, y que no puede, en vista de las trabas o de las exigencias de la ITE, de esto o de lo otro, que al final es dinero, y que no pueden. Y luego, para no incidir en este punto, y dejar sólo como una reflexión. No se quiere detener y no quiere entrar en lugares comunes, pero hay una cosa que se dice aquí mucho, y es que la gente no está concienciada, y es que habría que hacer campañas para que la gente cuidara sus casas, sus edificios... Hay mucha gente concienciada, y ella lo ve a pie de calle porque hace diez o quince años la gente apenas reciclaba y ahora recicla la mayoría de las personas, la gente tiraba muchos más papeles al suelo cuando ella llegó a Madrid que ahora, y hay una preocupación por la estética. Pero muchas veces esta preocupación por conservar lo que hay, pues es que no vale de nada. Y lamenta tener que contar un caso personal, pero en su propio edificio, en el centro de Argüelles, ha habido dos propietarios que han hecho lo que les ha dado la gana en cuestión de cerramientos de terrazas, de hacer una pérgola en la terraza garrafal. Ella planteó eso en una junta de vecinos y lo dijo frontalmente, que ella no quería que aquello se consintiera. La contestaron que estaba todo precioso, y les dijo que lo lamentaba y que había más vecinos que pensaban que deslucía completamente. Una, hasta demolió el muro de la fachada e incorporó toda la terraza a una habitación, y puso incluso una persiana. Ella denunció eso al ayuntamiento, a la junta de Chamberí, Han pasado cuatro años y, expediente para arriba, expediente para abajo, han ido funcionarios del ayuntamiento, han hecho informes muy valiosos y muy correctos, en opinión no sólo suya, sino de varios de los vecinos. ¿Qué ha pasado? Que durante cuatro años esos expedientes han dormido Dios sabe dónde, y al final han caducado. Así que ella ha llegado a la conclusión de que uno puede hacer en su terraza o dentro de la casa lo que le dé la gana, porque simplemente hay que marear la perdiz para que el ayuntamiento deje pasar 4 años y que los expedientes caduquen, y esas obras ya son legales. Y entonces, de poco vale preocuparnos de si la gente está concienciada, porque puede haber mucha gente así, pero si el que va de listo por la vida y se va a coger 10 metros cuadrados más entre la fachada exterior y la interior, y el ayuntamiento no se preocupa de que se cumpla la ley, y no sanciona eso, sino que pierde un año porque ahora manda una carta certificada, y el señor no la recoge, y esperamos dos meses, y vuelve a enviar la carta certificada, y así tres veces, y luego ya, pues ya se verá, y se hacen cuatro expedientes para el mismo problema. Se documenta con fotos, se escribe todo... Y nada, no sirve de nada. Cuatro años Todo está prescrito. Entonces, ¿de qué va esta palabrería? Se siente estafada. A los funcionarios del ayuntamiento se les paga, en parte también, con sus impuestos. ¿Para qué sirve la junta municipal de Chamberí, y se teme que otras muchas? Esa es su experiencia, y no tiene más que decir. Que piensa que el ayuntamiento, de lo único que se preocupa, es de recaudar dinero de los vecinos, y nada más. No le importa otra cosa. Lo siente.

- P. Sobrini, respondiendo las últimas intervenciones. Primero, y respecto a los usos, hay que salir un poco de Madrid. Eso de que el 99% de los edificios catalogados están estupendamente con su uso, no es así. Hay que salir fuera, y se ve que no es así. Hay cantidad de ermitas, castillos, fortalezas, que, como mantengamos el uso, es que se mueren, y no podemos permitirnos que se mueran. Segundo, al anterior interviniente le gustará mucho vivir en un piso de 25 m2 con una puerta que ventila y sin ventana, pero a ella no, y cree que la gente que vive en esa, para ella, infravivienda, se dedica a una actividad que todos conocemos, que todos conocemos. Y si te dicen que están en la gloria, allí sin ventanas, no es así, no están en la gloria. Y no está hablando de pisos de 100 m2 ni de 150, sino de una cosa digna. Y hay que intentar dignificar todas estas manzanas y todas estas viviendas dentro de esas manzanas. No se puede permitir que la gente viva en infravivienda, aunque haya a quien le gusta mucho vivir en un trastero. A la mayor parte de la gente no le gusta vivir en un trastero. Sobre Canalejas, lo que está protegido, está protegido en la declaración de ley, y la primera crujía está protegida en dos de los edificios que están declarados BIC. La primera crujía, para ella, es la primera línea de carga, la segunda línea de carga, y lo que va de una a otra, entiende que es así. Hay quien entiende que la segunda línea de carga ya pertenece a la segunda crujía. Entonces, en algunos puntos, en la planta baja y en la planta sexta, se ha eliminado la segunda línea, que para ella forma parte de la crujía. Pero ella no va a entrar en su interpretación. Para la ley y para Patrimonio hay unas cosas que son lo que son. Hay un expediente abierto, y en el momento en que se abrió ella no estaba allí. Se demolieron elementos que entendían que no deberían haberse demolido. Y no entra en la licencia urbanística, que también, y se suma a eso, porque cuántos de ellos no han hecho obra en Madrid, y al final vas por delante de la administración, porque como tardan tanto, y lo pides por fases, al final te vas adaptando. Pero a ella, lo que la preocupa, es la decisión de Patrimonio. Mandaron una inspección, y se hizo un acta de lo que se quitó, de lo que no, de lo que se mantenía... Y se abrió un expediente sancionador. ¿Qué pasa? Que entonces toma cartas en el asunto la fiscalía, y entonces Patrimonio de la Comunidad de Madrid tienen que parar, no se pueden llevar distintos expedientes simultáneamente. Como está la justicia, pues te esperas. Y cuando la justicia dictamine, entonces ya verá Patrimonio lo que hace. Todos interpretan que hay elementos que se han destruido, que unos son recuperables, porque están, y otros irrecuperables. Y es cierto, que hay multas, claro que sí, pero ahora no van a decir que si hay multa o si no la hay, o si han estropeado toda la manzana, ya se hablará. Hay que ver todas estas cosas con calma, evaluar, informar y ver. Porque además, el argumento de que es que estaba en un estado lamentable, que es posible, no es un argumento para quitar esos elementos. Si está en un estado lamentable llamas a la Comunidad, un técnico tarda tres minutos en presentarse allí, y se ve si realmente está en un estado lamentable, si hay que hacer un informe, con un argumento, y todo bien. Se pueden hacer las cosas bien, y se puede hacer mal. Y esto es lo que va a pasar, pero con calma. Y cuando comentaba Marta lo del catálogo... Hay cosas que pueden estar catalogadas, y que como se catalogaron en el año 83, vas ahora y ya ni existen. Y no habla de Canalejas, ni del edificio España, ni nada de eso. Cree que hay que actualizar el catálogo, identificar lo que está bien y, de verdad, protegerlo jurídicamente. Pero si hay cosas que ni siquiera están, o si un señor se lo cargó en el año 83 y ya ni siquiera existe, pues vamos a actualizarlo, vamos a ser reales, vamos a ser honestos, a poner al día todo el catálogo, y además, no me gusta hablar sólo de Madrid, la Comunidad de Madrid es mucho más que la capital, y tenemos que hablar de toda la riqueza tan tremenda que tenemos, Patrimonial, en la Comunidad de Madrid.


Corrala abierta en lavapiés. ¿Infravivienda o vivienda aceptable y en contra la gentrificación?

- Otra interviniente, desea interpelar directamente a José Manuel Calvo. Hasta lo que sabe, lo que decía antes su grupo, Ahora Madrid, sobre la operación Canalejas, era completamente diferente: se iban a poner en marcha medidas urgentes que frenen los procesos especulativos y los pelotazos urbanísticos en marcha. Le gustaría que le contase qué es lo que ha pasado para que, de pronto, esto se apruebe, y qué diferencia hay entre su política urbanística y la que llevaba el pepé, si hay alguna diferencia, porque también le van a dar a Norman Foster el Beti-Jai. Le gustaría que explicase claramente qué es lo que ha pasado con Canalejas en el programa de Ahora Madrid.

- J.M. Calvo: Con Canalejas, y otros tantos proyectos con los que se han encontrado en marcha, lo que tienen es un problema. Y lo que se ha hecho con la operación Canalejas no es derogarla, ni ponerla en marcha. Es, simplemente, encontrar una intervención inicial con un intento de solución, en caso de que, evidentemente, no surja ningún problema por el camino. Es decir, si hay un proceso judicial en marcha y el juez decide que hay que tomar medidas respecto de la operación, pues las administraciones, lo que harán, será aplicar la ley y aquellas medidas que correspondan en su momento. Si se ha afectado el Patrimonio histórico, lógicamente lo que harán será proceder a la sanción, pero eso, como decía Paloma, lo tiene que decidir un juez. El programa de Ahora Madrid no se refiere a ninguna operación en concreto. Dice que se frenarán las intervenciones especulativas. En la operación Canalejas, lo que plantean es una solución arquitectónica al proyecto, como ya ha dicho. Por cierto, reduciendo significativamente el impacto volumétrico, los metros cuadrados construidos y quitando una gestión, que sí que era directa del Patrimonio público, que sí que estaba a la carga de las arcas municipales, como era la estación subterránea de autobuses, que no les parecía procedente quitarle al hotel los autobuses de enfrente con cargo a los presupuestos municipales, y lo que han hecho es plantear una solución para liberar esa carga. Entonces, cree sinceramente, y modestamente, la solución a la que se ha llegado del proyecto de la operación Canalejas, es una solución perfectamente viable, comprensible por la mayor parte de los ciudadanos madrileños. Eso teniendo en cuenta que en Canalejas no es que se hayan encontrado un proyecto a iniciar, no es que hayan querido poner en marcha esa operación, sino que se encontraron un agujero en medio de la ciudad, una afección enorme al entorno de un lugar tan representativo de la ciudad como es la Puerta del Sol de Madrid, y de lo que trataron, como gobierno responsable, de dar una solución viable a este proyecto. Y eso no quita para que, evidentemente, todos los procesos judiciales que hay en marcha, uno penal y otro civil, tengan que resolverse como corresponde. Ellos, por supuesto, acatarán lo que diga ley. Pero con todo el respeto a los gobiernos que les han precedido, y como lo ha reconocido Esperanza Aguirre, ahora hay un gobierno en el ayuntamiento de Madrid que exige que, si hay una fachada protegida, se proteja y se conserve, que exige que el conjunto de la gente que participa en la construcción de esta ciudad se ajuste al marco normativo que está vigente. Es decir, lo que está terminado con el gobierno de Ahora Madrid, y de eso sí que se puede estar seguro, es el urbanismo a la carta. Eso está descartado. Y cree que ya lo están empezando a asumir los grandes operadores y el conjunto de agentes que están operando en esta ciudad, y cree que esto es una diferencia bastante significativa con cómo se hacían las cosas y cómo se están haciendo a partir de ahora, como son los dos proyectos suyos, estructurales de la formación de la ciudad. ¿Cúales son? Como ha dicho, el Plan Quincenal de Regeneración de Zonas Urbanas Vulnerables, con el mapa de la desigualdad de Madrid, para tratar de avanzar en una ciudad más cohesionada, más equilibrada, y desde luego más igualitaria, que es a la que aspiran. Y el segundo plan: Plan de Espacio Público y Movilidad. Retirar vehículos del centro, cambiar la naturaleza de determinadas calles que ahora son de tráfico y que quieren que sean peatonales o que tengan modelos de tráfico de coexistencia. Quieren pacificar el tráfico, quieren potenciar la bicicleta, los desplazamientos peatonales, el transporte público, y por supuesto los espacios públicos, mejorarlo, potenciarlo, porque se han visto inmersos en un proceso de degradación progresiva en los últimos años. Cree que si este programa se llevara a cabo, la transformación que tendrá la ciudad de Madrid en los próximos cuatro años será muy evidente, y desde luego, muy diferente respecto del proyecto que hubieran tenido otros programas políticos.

- Ana Guas, directora del proyecto Canalejas del Estudio Lamela, situada entre el público, quiere intervenir, por alusiones, y hacer una breve aclaración. Dice que las personas que no conocen el proyecto, después de lo que se ha dicho aquí, pueden llevarse una visión errónea. Lo que se ha demolido en la obra de Canalejas, fuera de las primeras crujías, ha sido todo con licencia, y en los puntos que están en discusión, si están dentro de la licencia o no, son elementos concretos dentro de estas primeras crujías. Como comentaba Paloma Sobrini, la segunda línea de carga, algunas viguetas correspondientes a las medianeras, son elementos puntuales, pero el grueso de la demolición se ha hecho con licencia y en zonas de la edificación que no están protegidas. A día de hoy esos edificios tienen una protección parcial, y está declarado y protegido como BIC una parte de la edificación, y esa parte está apeada y consolidada in situ. Son elementos concretos los que están en discusión o en argumentación, pero no es la globalidad. Cuando se escucha lo que se ha dicho aquí da un poco la sensación de que la globalidad del edificio se ha demolido sin licencia. Eso no es así, y el estudio está a nuestra disposición para quien quiera conocerlo o tener más información sobre el proyecto. Les encantaría explicarlo con más profundidad. Además se ha hecho una labor muy importante de catalogación. Todos los elementos protegidos están en proceso de restauración y se van a integrar de nuevo en el proyecto. Es verdad que cuando se ve la obra a día de hoy se ve un gran agujero en el centro de Madrid, y parece que se ha demolido todo. No están allí muchísimos elementos protegidos, y otros muchos elementos que, no estando protegidos, han considerado que tenían valor, se están restaurando y se van a volver a integrar en el proyecto, porque consideran que es un valor adicional, tanto desde el punto de vista arquitectónico, como desde el punto de vista del negocio de los promotores. Cree que eso es importante decirlo y aclararlo.


Cartelería promocional en la manzana de Canalejas

La batalla de la opinión pública

- La última intervención del público quiere referirse muy brevemente a dos temas. Uno es que Paloma Sobrini ha incidido, con cierta razón, en que los catálogos son muy importantes. Tienen que estar bien hechos, y tenemos que saber qué es lo que se protege. Cree que el catálogo del plan del 97 es un catálogo excelente. Espera que con la revisión que se hará del catálogo, por lo menos podamos saber qué edificios hay que proteger en Madrid. Lo que es verdad es que todos estos temas subyacen y que todos tenemos en la cabeza o en la boca, porque no hay debate de estos en los que no salgan. Tiene que aclarar, aunque está en la mente de todos, que todas estas operaciones han sido vulneraciones palpables de los catálogos existentes: el edificio España, Canalejas, Palacio de la Música... Los catálogos sirven cuando todos nos los creemos, pero si la administración, que es la que tiene que decir cómo han de hacerse las cosas, es la primera que vulnera esos catálogos, la baraja está rota. El tema de Canalejas lo lleva muy mal, porque ella recuerda perfectamente haber visto a los promotores anteriores cuidar mucho un proyecto que llegó a ser aprobado con un Plan Especial que costó mucho tiempo hacerlo, elaborarlo y aprobarlo. Son más conscientes los sectores que ella misma, cómo se ha vulnerado con la participación flagrante de las administraciones. El concejal la dirá que han sido las administraciones anteriores, pero para ella ha sido un poco vergonzoso el ver cómo la administración actual, cuyo poder ostentan dos personas aquí presentes, incluso con la participación del Colegio de Arquitectos, que no sabe por qué está ahí el Colegio de Arquitectos... El Colegio de arquitectos tiene que defender a todos los arquitectos: a los que hicieron el plan anterior, a los que han hecho éste... Y no entiende muy bien qué es lo que pintaba ahí. No sabe por qué han aludido a los medios de comunicación para hablar del edificio España. Es evidente que el edificio España era un edificio con protección estructural. Eso es clarísimo, no hay que explicárselo a nadie, más que al empresario chino que lo compró. ¿Por qué tenemos que estar pidiendo ahora unos dictámenes de si se puede sujetar una fachada de 100 m. o no? Eso es absurdo. Lo que hay que hacer es cumplir con las determinaciones del Plan General, y la primera, la administración.



- P. Sobrini acaba la charla, diciendo que la labor que han hecho es la que ha dicho José Manuel. Se han encontrado con un problema en Canalejas, y se ha querido buscar que la ciudad funcione. Cree que la labor del Colegio es importante, porque no está sólo para defender a los arquitectos, está para defender las edificaciones, el urbanismo, la ciudad... También a los arquitectos, pero no sólo. Cree que es importante también que el Colegio participe, hable, y esté en todas las cosas. Y la labor que han hecho los arquitectos y los promotores de reducir las lineas de la edificación, y que han llegado hasta donde han podido, ha sido muy importante. Verdaderamente, ese volumen del que todos conservamos la imagen, que vimos todos en el proyecto, es sobre el que han trabajado para minimizarlo, como ha dicho José Manuel. Lo que no puede hacer es paralizar eso, y tirarse diez años con el solar así porque las partes no se ponen de acuerdo. Cree que están para solucionar los problemas del ciudadano, que lo han intentado, con toda su buena voluntad, que le han dedicado muchísimo esfuerzo, y cree que la ciudad merece que se haga, y entre todos: el Ayuntamiento, el Colegio de arquitectos, los promotores, los arquitectos, cree que es una labor de todos, y no ha habido más gente porque tampoco se puede debatir entre cien.