viernes, 9 de diciembre de 2016

La Tierra Media entre Francia y Alemania


Yo conocí la Tierra Media antes de haber leído El Señor de los Anillos. Fue en uno de mis largos veranos en Covarrubias, Burgos. Creo que era 1.986, tenía 12 años.


Vista de Luxemburgo desde Eich, de William Turner, hacia 1.839. Museo Nacional de Historia y Arte de Luxemburgo.
¿Minas Tirith?


Durante aquel verano, de lunes a viernes, después de comer, mi primo Quique, mi hermana Laura y yo íbamos a ver la serie El Gran Héroe Americano a casa de nuestros primos segundos, Luis Ángel y Pili. Todos vivíamos en el mismo barrio, el arrabal de San Roque.


Detalle de Paisaje holandés, Jan Van der Maaten, siglo XIX. Museo Nacional de Historia y Arte de Luxemburgo.
¿La Comarca?


Uno de los capítulos que echaron entonces iba sobre un juego de rol al que jugaban los alumnos de una escuela donde el profesor Hinckley y sus amigos investigaban algo. Yo no entendía nada de lo que decían sobre el juego. El rol apenas se conocía en España, todavía faltaban 8 años para el crimen que lo dio a conocer en todo el país (ver noticia aquí).


Retrato de Joseph Le Coeur, por Pierre-Auguste Renoir, 1.870, en el Museo Unterlinden de Colmar.
¿Un Hobbit de La Comarca? Frodo, no disimules.


Por la tarde, Quique nos contó que él jugaba a algo similar con sus amigos de Madrid, uno que iba sobre la Tierra Media, un mundo fantástico. Les daban una misión, buscaban tesoros, hacían magia, luchaban contra orcos y dragones, conquistaban fortalezas, se enfrentaban en batallas... Todo con la imaginación, decía.
     —¿Pero cómo se puede jugar a eso sólo con la imaginación? —le preguntaba yo, que no entendía.
     —Es que no necesitas nada más —decía él.
Luego nos contó que usaban dados para decidir los acontecimientos que se iban sucediendo, y empecé a comprender algo. También nos dijo que esa noche iba a llamar por teléfono a su padre, desde la cabina, para que le trajera el juego cuando viniera ese fin de semana, y así nos lo enseñaba.


Recreación de las construcciones galas conocidas como Couloirs, en el Museo Nacional de Historia y Arte de Luxemburgo.
¿Viviendas de los hombres de Rohan?


Ni Luis Ángel, ni Pili, ni mi hermana quisieron apuntarse, pero Jose y Jesús (otros amigos del arrabal), Quique y yo empezamos a jugar una partida cada vez más larga. Quique hacía de dangeon master, y nos llevaba por ese mundo de fantasía donde Jose era un enano con hacha, Jesús un hobbit con espada corta, Quique un mago gris con cayado, y yo un guerrero con mandoble. Nos llamábamos Gimli, Frodo, Gandalf y Aragorn, y estuvimos más de una semana viajando por la Tierra Media, con la imaginación.


Representación antigua de Graoully, el dragón legendario que habitaba en el anfiteatro de Metz y que fue vencido por San Clemente.
Cuelga de las bóvedas de la cripta de la enorme catedral gótica.
No sé a ustedes, pero a mí me parece un Nashgul.


A los pocos días se empezó a acumular tensión más allá de las cuatro paredes donde nos encerrábamos a jugar por las tardes, en casa de Jose y Jesús. Luis Ángel se molestaba porque quería salir a dar vueltas con la bici, o a jugar al fútbol, o a tirar piedras al río, o a cualquiera de las muchas otras cosas que solíamos hacer siempre juntos, y no entendía que siguiéramos jugando a eso un día tras otro. Laura y Pili se desentendieron de nosotros, nos consideraban unos aburridos y se iban por ahí solas o buscaban otras amigas. 


Detalle del panel de la Resurrección del Retablo de Isenheim, siglo XVI, de Mathias Gothart Nithart, llamado Grünewald,
en el Museo Unterlinden de Colmar.
A mí me parecen hombres de Gondor fulminados por el Poder Oscuro de Sauron


A nuestros padres les empezó a preocupar muy seriamente que nos encerráramos todas las tardes en una casa estando de vacaciones en el pueblo, en verano, con lo bien que nos venía salir, hacer ejercicio, tomar el sol.
     —¿Pero a qué jugáis tantas horas ahí encerrados? ¿Por qué no salís a que os dé el aire?


No es el foso del anfiteatro romano de Tréveris, sino las moradas de los Orcos de Isengard.


Las críticas y sospechas contra el juego misterioso que nos mantenía recluidos todas las tardes se empezaron a generalizar en nuestras familias, abuelos incluidos, llegaban a comentarlo entre ellas y, tras la última aventura en la que vencimos a un grupo de 40 orcos que nos venía persiguiendo, decidimos dejarlo. Eran orcos de Isengard, nos dijo mi primo. Porque hay dos razas de orcos, y nos explicaba las diferencias, que ya no recuerdo. Acabamos con todos a pesar de recibir muchas heridas, lo celebramos con entusiasmo, y luego volvimos a quedar con Luis Ángel, Pili y mi hermana para seguir jugando en la realidad del arrabal, la era y el río, como siempre habíamos hecho.


Gárgola llamada el Diablo de los Judíos, tallada hacia 1.300, proveniente de la iglesia de Notre Dame de Rouffach. Museo Unterlinden, Colmar.
¿Uno de aquellos 40 Orcos que nos hizo sufrir tanto?


Cuando volví a Móstoles en septiembre pregunté por El Señor de los Anillos en un par de librerías de barrio, y ninguna lo tenía. Luego fui a la biblioteca municipal, lo encontré, y me leí las tres partes, a una por mes. Todavía recuerdo estar leyendo el final de la tercera parte una noche de fin de semana, muy tarde, en la cama, el momento en que Frodo no se decidía a arrojar el anillo al Monte del Destino, mientras yo no podía dejar de pasar una página tras otra, a ver si lo terminaba lanzando allí o no, y el resto de mi familia veía Gigante en el salón, hasta que la peli se acabó, a las tantas, y vino mi hermana mayor, que dormía en la litera de abajo, y me dijo que me había perdido una peli muy buena, y yo le contesté que más buena que el libro que yo estaba leyendo no podía ser. 
     —¿Tanto te está gustando? 
     —Un montón.


Un detalle del Orco. Es de Isengard, claro. ¿O de Isenheim?


El Hobbit me lo leí enseguida, y me decepcionó un poco después de haber leído la gran obra. Luego leí el Silmarillion. Conozco a muy pocas personas que lo hayan leído, y a ninguna que le haya gustado. No sé en qué grado de exaltación fantasiosa debía estar yo en ese momento, pero a mí me gustó mucho, aunque ya no recuerde casi nada de sus largas historias mitológicas alrededor de fuerzas sobrenaturales, dioses buenos, un dios malvado y su fiel servidor, joyas mágicas, razas que poblaron la Tierra Media, reinos antiguos de los hombres, y anillos de poder. No fue fácil de leer, eso lo recuerdo, pero estoy seguro de que siguió ejercitando mucho mi imaginación y mi interés por todo tipo de mitologías e historias antiguas.


Detalle del Panel de la Tentación de San Antonio, del Retablo de Isenheim (¿o Isengard?), de Grünewald, en el Museo Unterlinden, en Colmar.
Se puede ver un mago con cayado (¿Gandalf? ¿Quique?) en el cielo, y a unos Orcos combatiendo en la Tierra (Media).


El verano siguiente, en Covarrubias, Jose y Jesús me contaron que también se habían leído El Señor de los Anillos y el Hobbit, pero no el Silmarillion. Comentamos muchas cosas de estos libros con Quique los primeros días, le hicimos preguntas sobre la Tierra Media, sobre su juego y sobre Tolkien, pero al poco volvimos a interactuar con el mundo real del pueblo, que cada vez disfrutábamos más.


No es un profeta, tallado hacia 1.350, ni proviene de la colegiata de San Martín de Colmar.
Es el mago Saruman, señor de Isengard (¿o de Isenheim?), que ha sido atraído por el poder de las Sombras. 


No volví a jugar nunca a un juego de rol, ni a leer libros de fantasía similares, aunque sí que recuerdo que a los 14 años, en primero de BUP, la profesora de literatura nos preguntó en la presentación del curso si nos gustaba leer, y si alguno había leído El Señor de los Anillos, como por poner un ejemplo. Levanté la mano muy contento por la pregunta, y sólo otro chico más de clase la levantó también. A lo largo del curso ese chico, que también era introvertido, me dijo que estaba leyendo otros libros similares, que le gustaban más, los de la Dragonlance, que eran varias trilogías. Me saqué uno de la biblioteca por curiosidad, y me decepcionó, me pareció realmente malo, creo que no lo terminé. Lo devolví, y no volví a investigar más sobre esos mundos de fantasía.


No es la Torre de la Catedral de Estrasburgo, la construcción más alta del mundo desde 1.647 hasta 1.874.
Es La Torre de Isengard, de Saruman, donde estuvo cautivo Gandalf (¿o Quique?).


En 2.001, cuando se estrenó en España, vi La Comunidad del Anillo de Peter Jackson. Tenía 27 años. La película me gustó, pero no me transmitió lo que me había transmitido la novela, por la ambientación general y algunas secuencias trepidantes, aunque me ayudó a recordar partes que había olvidado. Lo peor de todo fue que me borró de la mente las imágenes de ese mundo que había formado en mi mente adolescente, y que fueron sustituidas por las de la película. También vi las otras dos películas cuando se estrenaron, Las Dos Torres y El Retorno del Rey, al año siguiente y al otro, con las mismas sensaciones que la primera.


No es una clave de bóveda (La clave) con dragón inscrito, de finales de la edad media, en el Museo Metropolitano de Metz.
Es Smaug el Dorado, que guarda su tesoro en la cueva, ajeno al acecho de Gandalf (¿o de Quique?), Bilbo y su compañía de enanos.


Y así quedó mi historia con la Tierra Media, hasta que el verano pasado hice un viaje a Alsacia, pasando por Luxemburgo, Tréveris, y Metz, y mi imaginación, entrenada para ello desde hacía tanto, empezó a volver a trabajar. Todo empezó cuando visité el Palacio de Rohan, al que comencé a llamar del Rey de Rohan, por hacer una gracia, en Estrasburgo, y continuó cuando contemplé el Retablo de Isenheim, cuya palabra me recordó la de Isengard (es evidente, ¿no?), en el Museo Unterlinden de Colmar, y empecé a atar cabos. Después seguí encontrando en el mismo museo imágenes que me recordaban a la Tierra Media. Más tarde comprobé que tenía más imágenes sugerentes guardadas en mi cámara, y seguí encontrando más a lo largo de lo que me quedaba de viaje.


No es el ábside medieval de la Porta Nigra de Tréveris,
Son fortificaciones de las ciudades de los hombres del Reino de Gondor.


Como sabéis, J.R.R. Tolkien era sudafricano, pero tenía ascendencia inglesa y alemana. Era lingüista, conocía muchas lenguas, también antiguas, y se inspiró sobre todo en leyendas y cantares de gesta anglosajones, germánicos, celtas y nórdicos para componer su complejo mundo fantástico. Sus referencias eran antiguas y sobre todo medievales.


No es la fachada de la Porta Nigra, la puerta principal de la ciudad romana, del siglo II d. C.
Son las puertas de Mordor, el País de las Sombras. Hay que cruzarlas para llegar al Monte del Destino.


Luxemburgo, Tréveris, Alsacia y Lorena (de cuya región Metz es la capital) son territorios históricos situados entre Francia y Alemania, tienen un rico pasado galoromano, franco y germánico, y conservan muchos restos antiguos y medievales. Es normal, por eso, encontrar en ellos ciertas analogías con nuestro imaginario de la Tierra Media de Tolkien. Además, han sido territorios disputados por ambos estados a lo largo de mucho tiempo, se puede decir que están en una tierra media entre ambos países.


No es el Emperador en Majestad, representado en una vidriera del último cuarto del siglo XII de la Catedral de Estrasburgo
que se conserva en el Museo de la Obra de la Catedral.
Es Sauron, lugarteniente de Melkor, Señor Oscuro, Señor de Mordor, y forjador del Anillo de Poder.


Habían pasado exactamente 30 años, estaba muy lejos de Covarrubias y hacía mucho que me atraía más la realidad que la fantasía. Pero volvía a ser verano, y viajaba por la Tierra Media, jugando con la imaginación.


No es Júpiter a l'Anguipède, un motivo típico galorromano, del siglo II d.C., en el Museo de la Obra de la Catedral, en Estrasburgo.
Soy yo mismo, cabalgando por la Tierra Media, en verano, con mi imaginación.




domingo, 30 de octubre de 2016

Subir a Luxemburgo en Ascensor



Este verano, en la ciudad de Luxemburgo, han inaugurado un espectacular ascensor urbano panorámico, que une el barrio de Pfaffenthal, en el valle del río Alzette, con el parque Pescatore, en la villa alta. Salva una altura de 60 metros, y se ha convertido en una nueva atracción turística.


Pfaffenthal es uno de los barrios más antiguos de Luxemburgo. Por allí pasaba la calzada romana que unía Reims con Tréveris. En la edad media la proximidad del agua hizo que curtidores, cerveceros y tintoreros instalaran allí sus talleres. 


En el siglo XVII los trabajos de Sébastien le Prestre, primero señor y luego marqués de Vauban, el mejor ingeniero militar de su época, tan bueno para diseñar fortificaciones como para tomarlas, bajo las órdenes del rey de Francia Luis XIV, le dio a este barrio su aspecto característico, al construir dos puertas fortificadas unidas por un camino de ronda que cruzaba el río.


Al abrigo de las nuevas fortificaciones, las monjas del Santo Espíritu construyeron a finales del siglo XVII un convento en este barrio, el actual hospicio civil.


El parque Pescatore se extiende detrás del edificio de la fundación del mismo nombre, en la villa alta de Luxemburgo, una majestuosa residencia de ancianos donada a la villa alta por Jean Pierre Pescatore, importador de tabaco, banquero, coleccionista de arte y filántropo luxemburgués, descendiente de una familia de origen suizo.  


Pese a estar situado muy cerca sobre el plano, hasta ahora Pfaffenthal era un barrio apartado, sin vida, muy desligado de la villa alta de Luxemburgo, a la que desde allí sólo se podía acceder en coche, en un autobús que pasaba con escasa frecuencia, o tras una larga y esforzada caminata. Ahora sus vecinos pueden acercarse a dar un paseo o a tomar algo al mismo centro de su ciudad, con sólo apretar un botón.


Durante mucho tiempo la historia de Luxemburgo fue especialmente convulsa, propia de una fortaleza estratégica y fronteriza entre Francia, Alemania y los Países Bajos.


Todo comienza en 963 cuando Sigfried I, conde de las Ardenas, cambia algunas de sus tierras ancestrales en Tréveris, muy cerca de allí, a unos monjes, a cambio de un antiguo fuerte romano en este emplazamiento, conocido como Lucilimburhuc. Dentro de este fuerte se van desarrollando la ciudad alta y la fortaleza de Sigfried, conocida como el Bock, que guardaba el acceso. La ciudad se irá convirtiendo en la capital de un feudo muy importante.


Los sucesores de Sigfried constituyen la poderosa Casa de Luxemburgo, vinculada al Sacro Imperio Romano Germánico. Algunos de ellos llegan a ser sus emperadores, también arzobispos de Tréveris y Maguncia, y también reyes de Bohemia. 


Cuando se extingue la Casa de Luxemburgo, su territorio pasa a ser gobernado por la Casa de Borgoña, y después por la de los Habsburgo. 


Desde 1.556 forma parte de los Países Bajos españoles, y su soberano es el rey de España. La provincia no se une a la rebelión de las del norte contra el dominio español, pero el peligro francés hace que los españoles refuercen sus fortificaciones en sucesivas ocasiones.


Evolución de las defensas de Luxemburgo, desde la edad media, hasta su demolición en 1.867

Francia invade finalmente el ducado en 1.684, con ayuda de su diestro ingeniero, el marqués de Vauban, pero en el transcurso de la guerra que sigue lo tiene que devolver a España, en 1.697. Durante ese breve periodo Vauban mejora notablemente las fortificaciones de la ciudad.


Con la extinción de los Habsburgo españoles, Luxemburgo pasa a la otra rama de la familia, la austriaca, por el tratado de Utrecht de 1.715. Durante su dominio, los austriacos continúan mejorando las fortificaciones.


En 1.795 la Francia revolucionaria pone sitio a Luxemburgo, que se rinde tras 7 meses sin suministros. La calidad de las defensas y la dificultad del asedio hace que los franceses la llamen la Gibraltar del Norte.


Tras las guerras napoleónicas se crea el Gran Ducado de Luxemburgo, en 1.815, bajo la soberanía del rey de los Países Bajos, pero con guarnición militar prusiana. Durante su dominio, los prusianos siguen modernizando las fortificaciones.


En 1.867 el emperador francés Napoleón III, para reforzar su frontera frente a Alemania, ofrece al rey de los Países Bajos la compra de su gran ducado, y éste accede. Prusia se opone, y se niega a retirar sus tropas de allí. Se produce una crisis europea, y la guerra sólo se evita con la firma del tratado de Londres, que obliga a Luxemburgo a ser neutral, y a demoler sus defensas. Eran tantas y tan firmes, que tardan 26 años en hacerlo. Hoy sólo quedan los restos, y un circuito para que los turistas los recorran. Se llama la ruta Vauban.


En las dos guerras mundiales que se suceden, Luxemburgo es ocupada por los alemanes, y la gran duquesa Charlotte, exiliada en Londres, personifica la resistencia frente a los nazis. 


Después de la Segunda Guerra Mundial Luxemburgo abandona su neutralidad forzosa, pero no reconstruye ninguna fortificación. Entra a formar parte de las Naciones Unidas, y constituye una unión monetaria y económica con Bélgica y los Países Bajos en 1.948, el Benelux. 


En 1.951 se crea la Comunidad Europea de Carbón y del Acero, formada por Francia y Alemania juntas por primera vez, más el Benelux e Italia, y considerada el embrión de la Unión de Europea. Fue promovida y alentada por Robert Schumann, político francés natural de Luxemburgo, algo que sus paisanos llevan muy a gala



Finalmente, ya en el siglo XXI, el estudio luxemburgués de arquitectos urbanistas Steinmetzdemeyer (ver web aquí) proyecta este ascensor urbano panorámico.


Las obras comienzan en 2.009, pero la empresa encargada del aterrazamiento y de la estabilización de la excavación que se hace en la roca, al pie del acantilado, quiebra en 2.011. Los trabajos se retoman en 2.012, cuando la comisión de la adjudicación permite a la villa romper el contrato. Es entonces cuando la nueva empresa concesionaria se da cuenta de que la composición de la roca no es la que había certificado el estudio geológico, sino una de naturaleza más quebradiza. Todas las soluciones técnicas del proyecto están equivocadas. 

Vista de la pasarela desde el parque Pescatore. Al fondo, Kirchberg, el barrio de las instituciones de la Unión Europea

En esta noticia del Luxemburger Wort (ver aquí) dicen que, en 2.014, el jefe del servicio de obras de la villa da a conocer que la inestabilidad de la roca se debe a que realmente está compuesta por distintas capas de roca y arena, y que por eso tienen que elevar la altura del muro de contención de 6 a 7 metros, y aumentar el número de anclajes a 72, hasta una profundidad de 36 metros. El coste de la obra sube de 7,5 millones de euros a 10,5. 

¿Pero ahora estamos hablando de Luxemburgo, o de España?


Después de todos estos dislates la obra se termina enderezando. En verano de 2.014 comienzan a elevar el núcleo de hormigón del ascensor, como una esbelta torre. En septiembre de 2.015 montan la pasarela de 72 metros de longitud, que se había fabricado en 2 tramos. En marzo de 2.016, la cabina. Finalmente el ascensor se inaugura el 22 de julio de 2.016. 

Pueden leer más información, y practicar su francés, aquí.

También pueden ver más fotografías del ascensor aquí.


Y ahora cualquier europeo puede cruzar la frontera del gran ducado para acercarse a la ciudad de Luxemburgo enseñando sólo su DNI, y subir a la villa alta en un ascensor panorámico que mira al valle del Alzette y a la montaña de Kirchberg, donde están las instituciones de la Unión Europea.


Si Sigfried I, los Habsburgo españoles y austriacos, el marqués de Vauban, los revolucionarios franceses, y los militares prusianos levantaran ahora la cabeza.




domingo, 18 de septiembre de 2016

Salvado de las Aguas


Retuerta es un pequeño pueblo de la provincia de Burgos, que ha estado durante casi todo el siglo XX pendiente de que se construyera un gran pantano que la haría sumergirse bajo las aguas. Esto hizo que hasta los años 90 este pueblo fuera paradigma de la arquitectura popular tradicional de la comarca. Se había quedado congelado en el tiempo.

El Piélago de Covarrubias

Álamos blancos

Retuerta se encuentra a 5 km. de Covarrubias por carretera, pero también se puede llegar a él por un camino que recorre la ribera del río Arlanza.

Cerezos

Chopos

He recorrido más de cien veces la primera parte de ese camino, desde que era pequeño. Mi tío tenía allí unos cerezos enormes, que había plantado mi abuelo. Ahí aprendí a coger cerezas con toda mi familia, a comerlas, y a aburrirme mientras tanto.

el Dorado

Eremitorios medievales, origen del topónimo Cuevas Rubias, en la alta edad media, por el cuarzo rojizo que albergaban.
 ¿Pueden ver esos puntitos negros en lo alto del risco? Es una numerosa colonia de buitres leonados. Espero que no me vean

Ahora esa tierra ya no es de mi tío, y los cerezos han sido sustituidos por vides. Hay que adaptarse al entorno económico cambiante.

Goloso

Maraña

Fue mucho después que me enteré de que siguiendo ese camino se llegaba a Retuerta. Lo hice una vez con mi bici de montaña, y otra a pie con mi hermana mayor, dando un largo paseo, cuando ambos teníamos más tiempo. No había vuelto a recorrerlo desde entonces, haría 12 ó 13 años.

¿Inspiración de Cristina Iglesias?

Reflejos

El río Arlanza tiene un ciclo muy irregular todos los años. Alterna grandes crecidas en marzo o abril, un espectáculo de demostración de fuerza y energía digno de ver, con estiajes muy severos en agosto, agravados por los regadíos.

blancas y grises

¿Un jardín zen?

La primera referencia sobre la necesidad de construcción de una presa en el río Arlanza data de 1.904. Su historia fue la de otro paradigma: el de un gran proyecto maldito.

Composición en verde

Rodeada de espinas

Las obras del pantano de Retuerta se anunciaron en 1.934, se proyectaron en 1.946, y comenzaron en 1.964. El 26 de junio de ese año se anunció su construcción, junto con la futura puesta en regadío de 20.000 hectáreas de terreno en las provincias de Burgos, Palencia y Valladolid. Pueden leer la noticia aquí.

Perspectiva abrupta

Cinco puntas

La presa tendría una altura de 45 metros sobre el lecho del río, podría embalsar 177 hectómetros cúbicos, anegaría los pueblos de Retuerta y Cascajares, y estaría ubicada 4 km río arriba de Covarrubias.

Enredo

Por la mitad

A los 8 años las obras se paran. No queda claro el motivo, pero influye la naturaleza poco apropiada del terreno, el éxodo rural en la zona, el hundimiento de la constructora, las protestas de los ecologistas por la riqueza del ecosistema del valle, y las de los defensores del patrimonio, pues las aguas anegarían las ruinas del monasterio de San Pedro de Arlanza.

Molino de agua, abandonado

The Riverbank, señor Topo

Uno de los trabajadores del pantano contaba que el túnel que se ejecutó para desviar el río durante los trabajos perdía toda el agua que bombeaban durante las pruebas, día y noche, debido a la naturaleza kárstica del terreno. Ni echando colorante pudieron saber nunca por dónde salía toda el agua que se filtraba.

¿Lo ven?

Spéculoos

En diciembre de 1.981, el gobierno de Calvo Sotelo anuncia a bombo y platillo que la construcción de la presa de Retuerta era irreversible. Las obras se retomarían inmediatamente, y las ruinas del monasterio se trasladarían piedra a piedra a una zona más alta. Pueden leer la noticia de ese día en el periódico el País aquí.

A comer

Art nouveau

Recuerdo ver un debate sobre el pantano de Retuerta en la tele, cuando era pequeño. Me lo contaba mi madre, sentada en una silla, en el salón. Unos hombres sesudos hablaban de cosas que yo no entendía.

Noli me tangere

Rollo jurisdiccional del siglo XVII, y tendido eléctrico, en la entrada a Retuerta

También recuerdo ver un mapa de carreteras, a principios de los 90, con el embalse de Retuerta señalizado como tal, junto a una mancha azul, grande como un mar.

Pasen y vean

Adosados de otra época

En 1.986 el gobierno de Felipe González decide finalmente desestimar tan polémico proyecto, que había hecho correr ríos de tinta.

Abobes y madera

pequeño, peludo, suave

Durante todo ese tiempo la población no había existido jurídicamente. Se habían anunciado expropiaciones de terrenos, hecho tasaciones de bienes inmuebles y, aunque nadie cobró nunca nada, los habitantes eran disuadidos constantemente: "El pantano se hace. No arreglen sus casas, porque es tirar el dinero".

Así lavaba...

Mundo rural real

Pero el Ministerio de Fomento seguía empeñado en domesticar el salvaje caudal del Arlanza. Así que en 1.991 cambia la ubicación del proyecto de la presa, y se la lleva a Castrovido I, aguas arriba de Salas de los Infantes, donde anegaría otra población, la de Terrazas. Fue tan impopular que, en 1.995, la Confederación Hidrográfica del Duero presenta el nuevo proyecto, en Castrovido III, que evita la desaparición de núcleos de población.

Horno de pan

Casa con mirador

En 2.002 se adjudica la construcción del pantano en Castrovido III a FCC y, en 2.004, el nuevo gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, dentro de sus medidas de rechazo al Plan Hidrológico Nacional del pepé, rebaja la altura de la presa 10 metros de altura, lo que suponía el enésimo proyecto modificado. Después se han seguido sucediendo más cambios y retrasos, y paradas de obras durante los inviernos extremos.

Hemos topado

Casa de piedra, junto a la iglesia

Su condición de proyecto maldito alcanzó la cota más alta en octubre de 2.011, cuando cuatro trabajadores de la presa murieron sepultados por una cuba de hormigón de 20 toneladas.

Segunda media puerta, para el ganado. No he visto otra similar en toda mi vida

Asidero y cerradura

La presa de Castrovido III se acabará por fin en 2.017, si no hay más sorpresas de última hora. Tendrá una capacidad de 44,13 hectómetros cúbicos, y dará satisfacción a las demandas de la zona en cuanto a prevención de inundaciones, agua para consumo urbano, riego para 6.000 hectáreas, y caudal ecológico del Arlanza. 

Piedra y hierro

Neoclásico. ¿Siglo XVIII?

Pero la historia de Retuerta es mucho más antigua. En la alta edad media perteneció al alfoz de Ura, un lugar situado a 6 km, donde se levantaba un castillo del que ahora no queda ni el recuerdo. 

Torre de la iglesia, con hierbajo, campana, y nubes

Decadencia

Ahora Ura es una pedanía de Covarrubias, apenas una calle larga a los pies de una pared rocosa, donde hace mucho se debió levantar aquel castillo. Detrás de la calle discurre un pequeño río rodeado de huertas. Ura significa "el agua", en euskera.

Aún nos mantenemos en pie

Todavía queda un poco de revestimiento de fachada, bajo el alero. Mortero de cal pintado de blanco.

En el año 978 Retuerta pasó a depender del Infantado de Covarrubias, un señorío que creó el conde de Castilla García Fernández para su hija, la infanta doña Urraca. En el documento del decreto fundacional, que aún se conserva, el conde dona a su hija el término de "Retorta", entre muchos otros.

El estándar de ventilación e iluminación de las viviendas no era muy alto entonces

Sólo fachada

Retuerta compró su independencia concejil en 1.649. El documento por el que se procedía a esa compra, de 55 folios en pergamino, también se ha conservado íntegro. Para conseguir esa independencia, el pueblo tuvo que pagar una importante suma de dinero, 4.600 ducados, a los abades de la colegiata de Covarrubias, y comprometerse a dotarse de un rollo jurisdiccional y de una horca.

Ésta la arreglaron, después de 1.986

Ahora es una casa rural

El sistema constructivo de la arquitectura popular de Retuerta es similar al de Covarrubias, aunque el conjunto es mucho más humilde. Las casas tienen dos o tres plantas, la baja siempre de mampostería (piedra sin labrar y mortero de cal), y las superiores de entramado de madera relleno de adobes.

Un revoco burgués

Nueva composición de huecos

La planta baja se destinaba a cuadra, y las superiores a vivienda y pajar. El calor que desprendían los animales en la planta baja se notaba y se agradecía, especialmente en invierno, en la vivienda superior.

Vigas, viguetas y dintel

Para el ganado

Si algún vecino tenía más dinero, podía construir también las plantas superiores con mampostería, e incluso colocar piedra labrada en las esquinas y en la formación de los huecos de fachada. Eso ya era mucho nivel.

Pórtico para las vacas

Esquina

Alguna construcción de las afueras, de una sola planta, no estaba destinada a vivienda, sino a albergar los animales. Cuando yo era pequeño había muchas vacas en el pueblo. Esta vez no vi ninguna.

Expresionismo alemán, o el Gabinete del Doctor Caligari

Más casas arregladas. No todo está perdido.

El pueblo tiene ahora oficialmente 66 habitantes, y un bar, "la Bombi". No tienen tiendas, compran a las furgonetas que pasan los fines de semana, o se van en coche a comprar a Covarrubias, o a Lerma, o a Burgos.

Una calle

Segundo y tercero

Todavía hay muchas casas deshabitadas, algunas grandes, de tres plantas, que han resistido bien el paso del tiempo. Lamentablemente, requerirían una intensa rehabilitación para adaptarlas a un uso moderno, y su aspecto pobre y viejo, y sus estancias poco iluminadas, no las hace muy atractivas.

Vigilando

No es una ventana, sino un ventano. Lo aprendí de mi abuela, y está en la RAE

No sólo la arquitectura ha permanecido congelada en el tiempo. Retuerta es uno de los dos únicos pueblos de toda la zona (el otro es Quintanalara, al otro lado de la sierra de las Mamblas), que todavía mantiene otro importante patrimonio cultural, el del carboneo, que consiste en amontonar madera de encina para quemarla lentamente, sin apenas oxígeno, y transformarla así en carbón vegetal.

Number one

Sol y sombra

El patrón de Retuerta es San Esteban, y celebran sus fiestas el 3 de Agosto. He estado en ellas muchos años, desde pequeño, llevado por mis padres, hasta bien avanzada la juventud, con mis amigos. Eran las primeras verbenas de las vacaciones en casi toda la comarca, y casi todo Covarrubias se pasaba por allí esos días.

Un ventano en el desván

Despiece de adobes y formación de hueco

El primer recuerdo que tengo de una verbena en mi vida es el de estar de espaldas al escenario que montaban delante de la iglesia de Retuerta, con las luces proyectadas desde mi espalda, escuchando una música ensordecedora, mientras mis padres bailaban cerca, y yo miraba a una chica bastante mayor que yo, que se divertía con un martillo de plástico elástico y de colores que daba una nota aguda cuando lo estampaba en la cabeza de sus amigos.

Algunos vidrios buenos

Onda dentada

Debió de ver que no la quitaba ojo, porque me miró, se acercó a mí, me dio con él en la cabeza, y oí perfectamente esa nota aguda y graciosa. Luego sonrió. Yo me la quedé mirando, sorprendido, sin saber qué decir. Mis padres se acercaron, por si me había pasado algo. Ella se disculpó, muy educada. Yo les dije que no, no me había pasado nada con ella.

Because I'm happy

¿Se imaginan un mar azul de agua dulce aquí? ¿Y un mar Rojo?

A pesar del interés de su arquitectura anclada en el pasado, Retuerta apenas tiene turismo. Con el tiempo, seguramente, la mayoría de sus casas tradicionales se vendrán abajo, y serán sustituidas por otras de estructura de hormigón y cerramientos de ladrillo, o de bloques de fibrocemento, o termoarcilla, perfectamente verticales, revocados con cemento Portland, o monocapa, muy adecuadas para la vida moderna.

Peña Carazo, vigilando

Volviendo a Covarrubias, con las Mamblas al fondo. Durante el cretácico también estuvieron anegadas.
Ahora abundan allí fósiles con forma de conchas marinas.

Se habrá olvidado la maldición del gran proyecto del pantano, pero también el hechizo del viaje en el tiempo.